Enzo
Lo último que me acuerdo fue cuando empecé a tomar a lo loco, cosa que me arrepiento mucho. Lo que menos quería es preocupar a las personas que quiero. Desde chico se que el alcohol o otro tipo de vicios no era la salida nunca, pero uno nunca aprende hasta que pasa lo peor.
Por suerte hoy estoy acá, vivo. Tratarlos así, a las personas que mas me quieren no me hace bien, pero me sale involuntariamente. Me debería de poner en los zapatos de Isa, quizás no es fácil enamorarte de tu mejor amigo.
Los recuerdos junto a ella fueron hermosos, no lo voy a negar, pero hubiera deseado que las cosas hayan terminado un poco mejor.
-Se que nosotros no nos conocemos mucho Enzo, pero veo las cosas desde otra perspectiva y se ve que no estás bien, soy una persona de confiar y podes hablar conmigo de cualquier cosa- me dice Lucia, quien estaba hace varios minutos pero en completo silencio.
Largo un largo suspiro.
-Es algo complicado, pensé que me había enamorado de Isa, cosa que ahora me doy cuenta que no era así. Respeto sus sentimientos pero me duele y no lo puedo evitar.
-Se que el amor es complicado, pero puede pasar estás cosas, es un bajón, lo sé. Isa y Julian te quieren muchísimo, se les nota y te lo puedo decir yo que los conozco desde siempre. No es lindo vivir con rencor tampoco. Julian hizo todo lo posible para dejarlos ser feliz pero el corazón siempre te traiciona, cosa que le paso a Isa. Miles de veces la vi tratando y tratando, para no lastimarte a vos ni a él, pero las cosas mentales en el amor no van, tarde o temprano se escapan de las manos- dice y la escucho atentamente- se ve que sos un pibe re bueno vos, cualquier piba quisiera salir con vos. Quédate con los lindos recuerdos siempre, no es la última mujer que va a pasar por tu vida, te lo aseguro.
Me abrazó y yo confundido lo acepto, pero muy en el fondo lo necesitaba.
-Gracias Lucia, me re sirve lo que me estás diciendo. ¿Están los chicos afuera?
Ella sonríe ampliamente y asiente, rápidamente los fue a buscar.
Al cabo de unos minutos entran los tres nuevamente y yo les sonrió. Estiro los brazos y se acercaron para envolverme en un abrazo.
-Enzo, te juro que perdón, no quería que terminarás así- dice Isa y noto culpabilidad en sus ojos.
-Eu Isi, ya está, ya pasó, ustedes son lo mas preciado que me quedan y ya fue.
Ambos sonríen y nada mejor que estar bien con ellos.
Isabella
El médico nos avisó que Enzo se quedaría en observación por un par de días más. Los padres llegarían a la mañana o al mediodía, eran las cuatro de la madrugada y decidimos irnos a casa.
Nos tomamos un Uber esta vez y al cabo de varios largos minutos llegamos.
Mis ojos me pesaban, lo mismo con todo mi cuerpo. Al sacar la mano de mis bolsillos se cae la tarjeta que aquel hombre en el Bar me había dado, el de la disquera.
Mañana me acercaría a su oficina, es una gran oportunidad para mi. Quizás si tengo un poco de suerte la pegue con la música.
-Eu chini, ¿en que pensas?- me dice Julian ingresando a la pieza.
-Me ofrecieron ir a una disquera una de las veces que fui a cantar, recién ahora me acordé. ¿Me acompañas mañana?
El me miro entre asombrado y emocionado.
-Chini, que bueno, me alegro mucho por vos. Obvio que te acompaño, ni loco te dejo sola en esta amor.
Los dos nos quedamos mirando por aquel apodo y de a poco un sonrisa salió de mi. Lo agarre de los cachetes y lo bese.
Mi lugar seguro era él, me sacaba de toda tristeza y en los momentos de felicidad lo disfrutaba el doble.
Por fin nos acostamos, decidimos dormir juntos ya que conocía a Luchi y en los momentos de bajón necesitaba estar sola.
Nos pusimos abajo de las colchas para poder encontrar el sueño. No encontraba la posición exacta, cosa que me estaba desesperando. Porque aunque me este muriendo de sueño, si no encuentro un buen lugar para dormir no puedo.
-Gorda, veni y abrázame- me dice Julian ya que me estaba moviendo mucho.
Y le hice caso, me acomodé en su pecho y sentí sus caricias en mi pelo, cosa que amo y él lo sabe.
...-Isii, eu- escucho una voz a lo lejos y de a poco me despierto- hice el desayuno.
Abrí rápidamente mis ojos y lo primero que vi fue a Julian con una sonrisa y la bandeja con dos tazas de café junto a unas medialunas.
Yo me caso.
-Sos un tierno Julili.
Me estiro y me siento en la cama. Él se sienta frente a mi y empezamos a desayunar.
Ojalá todas mis mañanas sean así.
-Tenemos que ir al estudio ese, ahora cuando terminemos prepárate tranqui. El médico me llamo y me dijo que mañana puedo ir para que me saquen el yeso y después empezar con la rehabilitación- me contó y le dió un sorbo al café.
-Que bueno Juli, me re alegro, obviamente te voy a acompañar, de paso tengo que avisar que vuelvo al monumental.
El asiente y terminamos después de un buen rato. Yo me fui a bañar, ya que tenía un poco de dolor de cabeza por las pocas horas de sueño.
Tarde lo mismo que siempre, me vestí sencillamente ya que eran las primeras horas de la mañana.Salimos y por suerte era cerca, no tardamos más de quince minutos para llegar al lugar.
Era un edificio grande y moderno.-Hola, buenas tardes, ¿a que vienen?- me dice una de las tantas secretarias del lugar.
Era una chica de pelo rubio, bonita y buena onda.
-Hola, soy Isabella Ferrari, vengo para hablar con Marcos, ¿puede ser?, me dio su contacto.
-Aaaa si, Isabella, te estuvo esperando por días, ahora le aviso e ingresas.
-Gracias, muy amable.
Me cae bien, es súper carismática.
Nos sentamos en los sillones con Julian hasta que la chica me de el permiso para pasar.
Tardaba un poquito porque por lo que entendí estaba en una reunión.Estaba nerviosa, no podía parar de mover la pierna. Sentí la mano de Julian en esta.
-Eu chini, te va a ir bien, sos una piba talentosa y si no lo ven se lo pierden ellos no vos.
Con tan solo unas palabras me calmo, cosas que solo él puede hacer.
-Isabella, podes pasar- me avisó la chica rubia.
Julian me estiro la mano y yo me levante junto a él.
Sentía que algo nuevo se aproximaba y espero que sea lo mas bueno posible.
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INEFABLE [julian alvarez]
Romance-Lo que siento por vos es inefable Chini, no se puede explicar con palabras...