40: Síndrome De Couvade

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Izuku arrugó la nariz y frunció el ceño en disgusto mientras cruzaba sus brazos sobre su pansa observando con reproche a su Alfa sobre la cama.

— ¿Qué estas haciendo Kacchan? — cuestionó el peliverde mirando como su Alfa se comia sus reservas de rodajas de pepinillos cubiertos de chocolates y maní.

— Tuve Antojos, el mocoso ha estado insistiendo que me coma estas porquerias — respondió el Alfa comiendo los pepinillos, ronroneo complacido, en realidad sabían mejor de lo que pensaba — el cachorro ha estado muy inquieto últimamente, es agotador— suspiro el Alfa acomodando mejor la almohada detrás de su cabeza mientras seguía comiendo.

Izuku resoplo divertido. Las últimas semanas Katsuki había estado muy agotado, sin saber el porqué, empezó teniendo Antojos de los cuales Izuku ahora no los tenía tan a menudo, en cambio su Alfa se comía las reservas del Omega completamente sin chistar y luego se tiraba en la cama como si hubiera estado corriendo con rocas en la espalda durante una semana.

— ¡Yo soy el que está embarazado Kacchan! ¡Soy yo el que cargo con una enorme panza que me hace doler la columna! — exclamó el Omega apretando los labios y arrugando la cara intentando no reír por la extraña situación.

Katsuki frunció el ceño, por alguna extraña razón sintió sierto pinchazo en el pecho al escuchar como Izuku le gritaba, sabía que estaba jugando pero el simple hecho de oír su voz en tonos altos tocaba una fibra sensible que no sabía que tenía.

— No me grites Deku — gruñó sintiendo los ojos picar — ¡No eres el único que sufre aquí Deku, estoy teniendo alguna clase de problema hormonal o alguna mierda, carajo! ¡Dejame solo, estoy cansado! — suspiro el Alfa dejando el plato vacío sobre la mesita de noche y enroyandose en las sábanas.

Izuku no pudo aguantar y soltó una carcajada que se extendió por toda la habitación. ¿Así se veía él hace unos meses atrás? Aquello era divertido, escuchar a Katsuki quejarse como si fuera el embarazado era algo casi digno de ver.

Mientras Katsuki gruñia escuchando como Izuku se reía de él, se sentía completamente humillado mientras se hundía en las sábanas, ni el se entendía, tenía estas sensaciones extrañas de revoltijo en el estómago y querer comer aquellas mierda que Izuku siempre comía y apesar que sabía que esas cosas eran asquerosas en este momento eran el manjar más exquisito.

— ¿Seguro que no estas embarazado Kacchan? — bromeó Izuku limpiando las lágrimas de sus ojos completamente divertido.

Katsuki sólo gruñó cubriéndose la cebeza con el edredón, ignorando a su burlon esposo y tratando de quedar aún con un poco de dignidad.

One-shot KatsudekuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora