One-shot Katsudeku

07: Una Mirada

Esto será puras flores y colores ✨💐
Disfruten. (ﾉ◕ヮ◕)ﾉ*.✧

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Katsuki lleva medio año yendo a esa cafetería, a convivido con todos los empleados del local. Su cara es muy conocida en ese lugar.

Siempre a ido por el buen sabor del café y a observar a su pecoso. Ese pecoso que lo deja sin aliento cada vez que sonríe, cada vez que sus miradas se conectan.

Al principio no quiso aceptarlo, pensó que sólo era un juego de su mente. Lo negó el primer mes. Porque si, fue un flechazo y no quería aceptarlo más aún si no sabe que es lo que el peliverde piensa de él.

Le encanta su sonrisa, su compañía, como habla de distintas formas de preparar el café, cuando empezaba a murmurar un sin fin de cosas. La manera en la que inclina su cabeza hacia un lado por curiosidad. Como se sonroja y hace que sus pecas resalten más y sus ojos, Dios sus ojos... Esas piedras preciosas que brillan cuál jade a pleno luz del sol.

Le encantan.

Ahí estaba sentado mirándolo mientras disfrutaba de una taza de café bien caliente que le preparo. Observando cómo le sonríe a los clientes, como ríe, como se distraía con algunos clientes.

Katsuki sabe que tiene muchas miradas sobre Izuku que sólo la de el. Pero cuando sus miradas se conectan Katsuki sólo siente que están ellos dos.

Aveces piensa que con tan solo una mirada es suficiente para amarle.

Pero le es tan difícil hablarle como quisiera. Por que tiene tantas cosas atorada en su garganta que quisiera que el peliverde supiera. Se la pasa dando vueltas en su cama tratando de idear un plan para contarle lo que siente.

Pero

¿De qué sirven las palabras si las miradas hablan?

...

Esta parado enfrente de la cafetería, viendo desde el cristal, el como el peliverde limpiaba el mostrador absorto en sus pensamientos. Suspira y frunce el ceño.

No quiere volver a su cama a dar vueltas pensando en esos ojos jade y esa sonrisa perlada. No quiere volver a soñar con él cuerpo del peliverde debajo suyo. Quiere tenerlo a su lado. Amarlo y hacerle el amor. Quiere que sea real.

Toma una bocada de aire y con paso firme pero piernas temblorosas entra al local avebtando la puerta con fuerza haciendo que Izuku se sobresaltara.

— ¡Kacchan! — Chilla alegremente el menor mirando al cenizo acercarse con el ceño fruncido y los labios apretados. — Ya vamos a cerrar pero ¿Qué deseas? — pregunto amablemente, Katsuki era uno de los clientes más frecuentes del café y casi podía decir que era como un amigo más por las veces que charlaron.

— Dame un café negro sin azúcar, para tomar aquí. — pide mirando al peliverde y su bonita sonrisa.

— Esta bien — asiente para ponerse a prepararán el café. Katsuki no le quito la vista de ensima mientras esté hacia su trabajo — aquí está — sonrió Izuku mirando a los ojos del rubio quien resivio la taza rozando sus dedos con los de Izuku.

El humo del café se mecia entre aquellas miradas que decían mil palabras y emitían tantas emociones que se embriagaban con tan solo una mirada.

Porque Katsuki miraba en Izuku; Brillo, longevidad, alegría, vigor, fuerza, dulcura... Amor.

Y Izuku en Katsuki miraba; fuerza, rudeza, fuego, decisión, instinto... Y algo más que hacía que sus ojos rubí brillarán con un fulgor tan cálido que lo hacía derretirse cada vez que este lo miraba con aquella intensidad.

Y sin decir palabras Izuku sonrió comprendiendo aquello que Katsuki siempre quiso preguntar pero se acovardaba:— Me encantaría salir contigo Kacchan.

Katsuki pestañeo confundido mirándolo sin entender, entonces Izuku inclino un poco su cabeza hacia un lado haciendo que sus lindos rizos verdes se movieran con el y formando una sonrisa que hizo a la comisura de sus ojos arrugarse comentó:— Kacchan ¿Jamás te dijeron que las miradas dicen mil palabras?

— Si... — sonrió avergonzado — lo escuche alguna vez.

— Y la tuya me embriaga de emociones.