10: Masajes

2.7K 225 29
                                    

— Kiri, Hermano... — hablo con voz reseca y cansada Kaminari mirando el cielo.

— ¿Si...? — pregunto Kirishima arrastrando a su amigo a duras penas mientras su vista enfocaba y desenfocaba el camino.

— Veo una luz... Una luz que se hace cada vez más grande... — dijo con dramatismo mientras alzaba su mano hacia el cielo intentando alcanzar algo.

— ¡No! ¡Hermano! — Kirishima se voltio a verlo aún cansado, para tirarse en el piso junto a su amigo y observar los ojos ambar del rubio — ¡Resiste, tu eres fuerte! ¡Por favor hermano!

— ¡Creo que este es mi fin! — exclamó con la mirada perdida — Kiri, hermano, Eiji — nombró mientras le sujetaba la mano al pelirrojo quien estaba al borde del llanto.

— ¿Si? Aquí estoy hermano. — dijo apretando la mano del rubio quien le dirigió una mirada perdida.

— Antes de irme... Tienes que saber algo...

— ¡No! ¡No hermano! ¡Al único lugar que iras será a casa! ¡No te dejare! ¡Resiste! — le grito con preocupación mientras temblaba por el cansancio y la preocupación. Denki le hizo un gesto para que se acercara y el pelirrojo acercó su rostro al contrario dejando su oído a centímetros de la boca del otro.

— Yo fui quien se comió tus Doritos picosos... — susurro para luego dejar caer su cabeza perdiendo completamente las fuerzas. Kirishima se quedó quieto analizando las palabras de este.

— ¿Qué? Yo nunca compré unos Doritos... Y menos picosos... — susurro confundido, se apartó un poco mirando el cuerpo inconsciente en sus brazos — Hermano, te equivocaste, esos Doritos eran de Bakubro...

— ¿¡Qué!? — el grito del chico con Quirk explosivo se escucho por todo el campo de entrenamiento haciendo que el rubio y el pelirrojo saltarán del susto. — ¡Maldito Pikachu! ¡Fuiste tu infeliz!

El rubio se levantó de un salto de los brazos de su pelirrojo amigo para empezar a correr lejos de aquella bestia explosiva que lo perseguía echando chispas de sus manos.

— ¡Lo siento, Lo siento! ¡Te juro que pensé que eran de Kiri! — Grito entre llantos mientras corría por el campo de entrenamiento.

— ¡Muere!

Una explosión se escucho por todo el lugar mientras que el humo cubría la zona. Aizawa tosia entre el húmero intentando apartarlo con su mano de su vista para encontrar a los responsables, aunque sabía perfectamente quien era.

— ¡100 vueltas a todo el campo! — Ordenó Aizawa en un grito completamente irritado teniendo entre sus cintas a Kaminari y Bakugou, el último gruñia maldiciones y se removida como un gusano intentando acercarse al malnacido de Pikachu.

Los entrenamientos con Aizawa eran agotadores, tanto física como mentalmente, después de todo, Aizawa cubría todos los puntos en batalla, poniéndoles ejercisios físicos y mentales.

Era una tortura y sólo estaban hablando de entrenamientos, nisiquiera una simulación de batalla. Entonces agreguen a todo eso unas cien vueltas a todo el campo de entrenamiento que casi equivale a un mol en el centro de la ciudad.

Katsuki se consideraba alguien resistente y fuerte, pero tampoco era de piedra, apenas podía caminar sin que las piernas le temblaran, pero trataba a toda costa de que no se notará su debilidad en todo el cuerpo, joder, le dolía hasta respirar.

Y Kaminari, pues el, se encontraba en la enfermería, pasaría allí la noche, después de todo no resistió llegar a las cincuenta cuando ya había caído al piso y Katsuki se había tropezado con el.

One-shot KatsudekuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora