26: Sobre Ruedas

1.6K 173 9
                                    

Midoriya Izuku era un chico fanático de las motos y cualquier carrera que las involucrará en ellas. Era algo muy emocionante para el.

A pesar de ser un fanático de las motos, el tenía un Scooter de color verde, que su madre le había regalado su cumpleaños número dieciocho. Se emociono por que sabía que había sido un esfuerzo super grande de parte de su madre, lo apreaciava mucho, así que desde ese día no había dejado de usar su Scooter apesar que tenía el dinero suficiente como para comprarse una motosicleta.

Unos tres años después, su madre había fallecido por un tumor en el útero y se sintió tan devastado por ello. Trató de sobrellevarlo porque su madre había sido la única familia que había tenido.

Por eso Izuku prefería estar con aquel Scooter que le hacía sentir como si su madre siempre estuviera cerca de él.

Izuku iba a todos lados con su precioso Scooter, al trabajo, a la tienda, y sobre todo a ver las carreras de Motos que tanto le encantaban y le emocionaba.
Su Scooter era el que más sobre salía en el estacionamiento lleno de motocicletas y autos finos.

A él no le importaba, ni se avergonzaba. Izuku siempre sonreía con efucibidad al estar en aquel lugar. La mayoría que iba a esas carreras conocían al pequeño peliverde que siempre llegaba en su Scooter.

Claro que había ciertas personas que lo molestaban y se burlaban de él por ello, pero Izuku jamás se inmutaba.

Por ejemplo, un día se dirigía a una cafetería para iniciar con su trabajo, el era un diseñador gráfico, las personas lo contrataban y el diseñaba lo que las personas le propusieran, ese día una cafetería le había propuesto hacer el logo para la misma y el aceptó, pero primero debía ir a ver el lugar para hacerse una idea de cómo sería.

Era un día bastante cálido y tranquilo, no había tanto tráfico, así que era muy fácil conducir entre las calles.

Se detuvo en un semaforo tranquilamente y a su lado se escucho el fuerte ruido de un motor. Voltio ligeramente su cabeza y observó la hermosa motosicleta que se posó a su lado. En negro completa y naranja en la parte del tanque y la parte de atrás. Se veía bellísima.

Y Izuku prefirió observar las fuertes piernas que se mantenían en el asfalto. Botas militares y unos pantalones ajustados color negro, rasgadas en los muslos. Una camiseta negra con una chaqueta del mismo color pero con unas frangas rojas desde los hombros hasta los brazos. Esta estaba arremangada hasta sus codos.

Todo se ajustava a sus anchos hombros y fuertes brazos que marcaban sus músculos. Izuku podía ver un tatuaje de granadas en los dos ante brazos. Sus grandes manos traían unos guantes color verde en el dorso y rojo en la palma de esta.

Izuku derrepente sintió su garganta seca de solo ver ese escultural cuerpo sobre esa belleza de moto. Entonces el hombre al sentirse observado volteo a verlo, unos afilados y brillantes ojos rojos se asomaban por el casco que llevaba. Izuku se sintió pequeño ante la ardiente mirada del mayor.

Observó cómo el otro lo escaneava con la mirada y Izuku juro que este sonreía debajo del casco. Entonces este hizo rugir el motor de nuevo, E Izuku lo sintió como un reto.

Frunció el ceño, e intentó hacer lo mismo con su Scooter, pero en ves de un rugido más bien salió como un ronroneo, haciendo que el contrario soltara una carcajada que se escucho por ensima del ruido del motor.

El cemaforo cambio a verde. E Izuku puso en marcha su Scooter pasando delante del ojirubí, Izuku se volteo y le sacó la lengua mientras aceleraba un poco más.

Era un reto que el mayor no pudo negarse. Este puso en marcha su motocicleta haciendola rugir y sobre paso a Izuku, Este se volteo a verlo desde adelante e Izuku miró como sus ojos se achinaban en lo que suponía una sonrisa soncarrona.

Este de nuevo hizo rugir el motor y prendió marcha a toda velocidad. Izuku intentó alcanzarlo pero era algo casi imposible. A pesar de eso, Izuku sonreía como si le hubiera ofrecido un dulce.

No pasó mucho para que Izuku escuchara ruidos a lo lejos y sonriendo con suficiencia bajo su velocidad hasta estar lo suficientemente cerca para observar la patrulla de policía aparcada junto a la motocicleta.

Sobre todo el ruido pudo escuchar las maldiciones y gritos del tipo.

Izuku hizo sonar un poco su Scooter haciendo que los ojos rojos se posaran el. Una cabellera ceniza se movía junto al ceño fruncido de aquel hombre que era sometido por la policía.

El peliverde le enseñó su lengua para luego sonreír con burla y hacer una ceña con su mano de bay bay.

El tipo que lo miró con fuego saliemdo de sus ojos frunció aún más las cejas. E Izuku pudo jurar que escucho como este gruñia.

Así se fue sin voltear atrás, con eso lo pensaría antes de volver a meterse con el y su Scooter.

Katsuki sonrió sin poder evitarlo, la maldita mierdecilla le había ganado con trucos sucios pero juztos.

One-shot KatsudekuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora