Capítulo 20

593 42 2
                                    

Tomamos el autobús noctámbulo muy a mi pesar. El conductor a penas y veía, poco le importaban los mini infartos a los que me sometió cada que frenaba o los maullidos de Ash.

–Podríamos, no sé, ¿ser magos y utilizar un traslador?

–Si te portas bien, lo pensaré.

El lugar frente a mis ojos no parecía tan horrible, sólo necesitaba un poco de mantenimiento y parecería un pueblo decente.

–¿Dónde estamos?

–Bienvenida a Little Hangleton. Aquí se deja morir el hermano de mi madre.

–¿Morfin Gaunt vive aquí?

–Eso parece, andando.

Encontrar su casa no fue difícil, la magia oscura erizaba mi piel, pero a Tom le parecía satisfactorio. Empujó la rota puerta de madera y se introdujo en la casa, no tuve más opción que seguirlo.

–¿¡Quién anda ahí!?

Una grotesca voz nos alarmó inmediatamente. Tom me colocó detrás suyo, sosteniendo en alto su varita cuando un hombre desaliñado y con ojos de loco apareció por las escaleras.

–¡Tú, maldito muggle. Te mataré!

–No soy el que buscas.

Sus ojos pasaron de furia a desconcierto cuando reparó en la varita que Tom portaba.

–¿A quién se la robaste?.– señaló con un dedo tembloroso hacia nosotros.– ¿Otra bruja a la que te cogiste?

–Soy tu sobrino, no el muggle con el que me confundes. Mi madre era Merope Gaunt, ¿la recuerdas?

–¡Ja! Como olvidar a esa perra, por su culpa estoy en esta situación. Supongo que es cierto, ella estaba embarazada cuando huyó de aquí. Ahora que lo mencionas, tienes razón, ese muggle es más viejo que tú.

Caminó despreocupado hacia la cocina y Tom lo siguió, arrastrándome con él. Morfin dejó caer su cuerpo sobre una vieja silla de madera, revolviendo las botellas de alcohol vacías que descansaban sobre la mesa. Tuve que taparme la nariz por el intenso olor. Ash se agitó en mis brazos, queriendo colarse en el escote de mi vestido para protegerse.

–¿Qué sabes sobre mi madre y ese muggle?

Agitó una de las botellas sobre sus labios, buscando la mínima gota de alcohol.

–Mi hermana siempre fue estúpida. Mi padre y yo fuimos encarcelados durante un tiempo y Merope aprovechó para hacer de las suyas. Lo embrujó con amortentia, pero la muy idiota dejó de suministrarla porque pensó que él la amaría sin la poción.– una burlona sonrisa apareció en sus labios.– Él la abandonó y tu madre vendió todo lo que nos pertenecía, incluidas las joyas de Salazar Slytherin. ¿Todo para qué? Trajo al mundo a un mestizo, manchó nuestro linaje y encima murió. Qué patética bruja.

Un hechizo lo impactó en el pecho, dejándolo inconsciente. Seguí la dirección del hechizo para encontrar a Tom. Su mano sujetaba la varita del mago inconsciente, su cuerpo temblaba de pies a cabeza y sus ojos disparaban flechas de fuego.

No me moví ni un centímetro, nunca lo había visto tan furioso. Se asomó por la ventana y su mandíbula se contrajo.

–Andando, esa debe ser la casa de los Riddle.

Salió de la cocina y yo tropecé hacia el viejo desmayado para quitarle los anillos de sus dedos, eran probablemente las últimas reliquias de la familia Gaunt.

–Ash, quédate aquí, sé un buen chico.– maulló en respuesta y subió las escaleras de dos en dos, seguramente echaría un ojo a cada habitación.

CRIMINAL | Tom RiddleDonde viven las historias. Descúbrelo ahora