1 x 05- Emperatriz roja

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Nos encontramos ya por la tarde con Adrien, este se encontraba dirigiéndose en el coche a las clases de esgrimas. Cuando este llego, vio la puerta, se giró a ver dónde estaba el coche y solo puso una mueca un tanto triste por esto.

—Solo desearía que no estuviesen tan ocupados... Solo eso. — murmuro Adrien para sí mismo.

Con ello se giró y entro a ese lugar, había muchos niños ahí, y este con la bolsa deportiva en su hombro, se dirigió a los vestuarios masculinos para prepararse.

Ahí dentro no había nadie por suerte, por lo que cuando abrió la bolsa pudo ver a Plagg comiendo tranquilamente.

El rubio dio una ligera sonrisa y en eso el kwami se asomó para ver mientras el blondo sacaba de aquella mochila la ropa para esgrima.

— ¿Y a ti te gusta esto?

— ¿El esgrima? Puede ser de las pocas actividades en las que no me siento mal, el profesor por lo menos comprende un poco mi situación, y la verdad es que se agradece.

—No me estaba refiriendo al esgrima, pero gracias por el detalle— comento Plagg —A lo que me estaba refiriendo es... ¿A ti te gusta esta vida?

A Adrien se le vio decaído y se llevó una mano al pecho para en eso hablarle al ser del caos.

—17 años tengo... Y 17 años llevo encerrado, siendo criado en los lujos más altos pero siempre sintiéndome solo, en una burbuja, en un bucle que siempre se repetía y del que nunca pude librarme, y creo que a corto plazo esto no cambiara. No voy a poder cambiar mi vida por ahora, pero quiero alejarme de todo esto.

Plagg simplemente observo y en eso le hablo.

—Ayer leí tú diario, creo que era eso... Y realmente no sé cuánto estarás sufriendo.

—Cuando escribo muchas veces en mi diario solo expreso lo peor que siento. Veo a todo el mundo que rodeo hacer cosas que yo los tengo restringido y solo me provoca tenerles envidia. Para mi vivir repitiendo esos horarios me parece normal, algo que me he acostumbrado, pero cada vez que me asomo para ver apenas un poco de la realidad, me doy cuenta que... No es normal, siempre pensé que era por algún motivo que era algo "Normal"... Pero solo lo veo más y no hay ningún sentido a lo que han hecho. Y mi padre, bueno, el cómo me trata desde la partida de mi madre no lo cambia en absoluto.

Plagg lo veía con preocupación mientras el rubio terminaba de cambiarse.

—He intentado por milenios proteger a mis portadores, siempre han estado avocados a sufrir... Y recuerdo a muchos que han vivido dolor. Siempre he tenido a portadores que la desgracia los sigue, y cuando llego a sus vidas, intento protegerlos, ayudarlos con todo mi aliento... Sin embargo siempre pasa que no puedo, simplemente no puedo protegerlos. No quiero que seas como los demás, cachorro.

Plagg en eso se le vio un poco decaído y le preguntaría a su portador.

—No te habrá importado que haya leído tu diario, ¿No?

—En realidad, en algún momento lo sabrías, sabrías que estaría pasando esto... Antes quitada la espina mejor, ¿No crees? — respondió el rubio con una ligera sonrisa triste en sus labios.

Plagg se le vio medio tristón ante aquello, cosa que no le gustó mucho ver a Adrien, por lo que este decidió intentar sacar otra cosa que hablar con el kwami.

— ¿Y tú? La relación que tienes con tus portadores...— pregunto Adrien al kwami.

—Para mí, cada portador que he tenido, que ha portado ese anillo, ha llegado a forjar un lazo poderoso conmigo. Los portadores que siempre he tenido para mí son cachorros, son como mis crías que debo de encargarme de cuidarlas con cariño, y el dolor que siento cuando los pierdo, cuando no puedo protegerlos... Es algo que no deseo que uno viva.

Miracle (Temporada 1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora