Capítulo 17

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La continuidad de los sucesos anteriores dio en consideración realizar una reunión directa, todo con el propósito de ponernos en mejor orden ante todo lo ocurrido estos días y realizar una estrategia para no tomarnos por sorpresa. La hechicera Mason, líder de la escuadra, puso en orden a todos los involucrados de este acontecimiento, eso no solo nos incluía a Wanther y a mí, el hechicero que forma parte de la escuadra y la víctima principal de este caso, sino ahora al hechicero Winston, quien ha aportado opiniones significativas en este caso, alternativas que se deben prevenir. No rechazamos su petición a reunirnos, en especial porque Mason se tomó el tiempo para verificar nuestros horarios, en especial los de Wanther y Winston, quienes tienen el tiempo libre restringido, a comparación de mi que tengo poco tiempo para ocupaciones.


La reunión sería llevada a cabo con privacidad y confidencialidad, no podíamos darnos la libertad de ir a un espacio público a debatirlo como frecuentan a hacer otras escuadras. Mason tomó precauciones y solicitó la reserva de un pequeño salón de reuniones en el segundo piso, una área dedicada a los hechiceros de distintos rangos. Para cuando el día llegue Mason sería la primera en llegar, es quien nos avisará por medio de un mensaje cuando es hora de llegar e iniciar la sesión. Para facilitar las cosas, el Maestro y yo nos organizamos para ir en grupo hasta el lugar. El mensaje no tarda en llegar, es donde nos ponemos en marcha. Nos dirigimos hasta el elevador cerca de la hora de inicio, dentro del ascensor seguimos esa delgada línea de silencio que hemos mantenido desde el inicio de la caminata. Ya es momento de romper esta barrera entre los dos.


—Mason dijo que la habitación está en el pasillo C, atrás de los salones de clase para rango B. —informo, leyendo el mensaje que Mason dio a base de un canal de difusión.


El Maestro guarda silencio. Se ve pensativo, o tal vez sin ganas de dirigirme la palabra, estoy seguro que son ambas cosas. Cuando el elevador está por llegar, su voz por fin aparece después de un largo tiempo.


—¿Cuánto crees que dure esto? —pregunta, en un tono de voz tranquilo y serio, sin abandonar la apariencia habitual en él.


—Tal vez cuarenta minutos, o una hora. —respondo rápidamente, colocando mi mirada en él.


El elevador abre sus puertas en la llegada del segundo piso. A primera vista contemplamos a un grupo de personas que caminan por unos pasillos, mujeres con aspecto de profesoras siendo perseguidas por unos pocos menores que cargan el uniforme de la asociación con sus respectivas medallas del rango C. Nos adentramos para caminar a un lado de las profesoras y sus estudiantes, futuros hechiceros de la asociación. Más adelante mis ojos se encuentran con dos jóvenes cuyas medallas señalan su rango B, la misma que yo tengo. Van sonriendo, por poco puedo escuchar lo que platican, algo al respecto de un examen. No hay tanta diferencia en nuestra edad, se ven iguales a mi, la única diferencia es que ellos se van a enfrentar a lo que parece ser un examen. Hace un tiempo no he escuchado esas cosas, para ellos será habitual, pero para mi dejó de ser un tema frecuente. Es habitual que el acceso para subir al rango A se adquiera a los veintiún años, en mi inusual caso lo obtuve desde muy temprano, a mis dieciocho. ¿Estarán nerviosos? Sus risas me confunden, no puedo descifrar la felicidad de algún amigo cercano como ellos lo hacen. ¿Siquiera tuve algún amigo en las clases de rango B? Debí haber sido más tímido para ese entonces, vaya lamento.


Siento transmitir la nostalgia en mi con imaginar los escenarios de un curso pasado, no sé si considerar en lastima mi gran capacidad para haber podido superar al resto en esas clases, son de esos pocos momentos donde ser mejor al resto aburre. Aun así, no debería sentirme tan solo, no fui el único con estas ventajas. ¿Qué tal Wanther? Puedo comparar mi caso con él, a sus veintiocho años ya está involucrado en el rango S, eso es una velocidad de reconocimiento para los ojos del consejo de hechicería, quienes desde su introducción al rango A ya debió presumir sus habilidades. No puedo comparar su pasado con el mío, en mi situación siempre tuve más fortaleza en conocimientos, pero lo suyo es en su dominio. ¿Habrá estado perfeccionando sus habilidades desde muy joven? Posiblemente eso lo hizo elevar su rango de manera eficaz y rápida. ¿Qué habrá ocurrido en su infancia para que pudiera explotar el poder de su dominio en su totalidad? Debería preguntarle algún día.

Guerra del dominioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora