Capítulo 6

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A las ocho de la mañana la asociación de hechicería manda a solicitar la presencia de quienes decidieron aceptar el trabajo del alcalde, Lenmi. El salón de la corte usó su amplio espacio para posicionar a cada participante en orden. Son tres filas, la primera consta de unas diez personas, todos del rango S. A su lado, la fila del medio se conforma de unas pocas del rango S, en su mayoría son del rango A. La última fila no está tan llena como las otras dos, enseñando así, la escasez de hechiceros de rango A en este plan. Mis ojos se posicionan en el Maestro, Winston, quien está en la última fila mirando al frente como un militar, sacando su pecho y manos detrás de la espalda. Vaya firmeza, puede ser intimidante con esa expresión reservada que frecuentemente sostiene.


El alcalde se encuentra cerca del vicepresidente, Viver. Los dos miran las filas analizando a los integrantes. El alcalde los observa con interés, Viver solo se mantiene a la distancia leyendo unos papeles en la carpeta del informe que crearon para esta situación. Solo los jefes tienen acceso a la información completa. Las asignaciones se darán a cada rango, desde los más capacitados hasta los menos. La primera misión se basa en investigar, y posible captura, hacia un cartel de ventas ilegales de mercancía militar, los cuales manejan las armas, posible droga y falsificación de identidad. Wanther fue seleccionado para la primera misión. Escucho la mención de su nombre en la lista. Lo veo firme, seguro, igual que al Maestro, Winston. Wanther acepta el trabajo junto a la escuadra formada por Viver. El líder de la escuadra toma una carpeta la cual contiene toda la información detallada. Wanther y su escuadra desaparecen del salón de la corte.


Los siguientes son la segunda escuadra. Su encargo se asimila al anterior, pero es menos involucrado al riesgo. Deben encargarse de una red que llamaron: Red de pájaros, ya que eran personas las cuales compartían información ilegal a cambio de dinero. La escuadra acepta el trabajo tomando la carpeta con información, y se retiran.


La última escuadra, la tercera. Ellos deben encargarse de investigar a unos maleantes que parecen conspirar con la reina y posiblemente, a los altos líderes. Esa misión, está a manos de la escuadra completa de rango A, misma donde el Maestro participa. Estos toman la carpeta y en silencio se retiran. Mis ojos siguen al Maestro, quien es la persona que recibe la carpeta, nombrando, al parecer, ser él el líder de la escuadra.


Reconozco que debo quedarme sentado y no causar un escándalo, pero mi curiosidad por el Maestro me pide levantarme para observar su trabajo. Trato de escabullirme poniéndome de pie en silencio. Aunque, apenas empiezo a caminar la mano de alguien me detiene. Me giro y veo que el presidente, Lorath, lleva su ojo encima de mí. Ahora no tengo oportunidad. Tras la ausencia de todos los hechiceros, con sus trabajos ya asignados, el salón queda en silencio. Viver cierra la puerta para tener privacidad. Solo estamos el alcalde, Viver, Lorath y yo. El silencio no permanece por mucho.


—Eso fueron todos —indica Viver, para caminar cerca de nosotros. El alcalde no responde. Lenmi me observa con inseguridad, duda de mí. Me fijo en la forma que analiza mi persona, logra que se sienta incómodo. Viver no deja escapar este detalle, fijándose igual en la forma que el adulto observa mi dirección—. ¿Sucede algo?


—¿Estás seguro que el muchacho no hablará? —interroga Lenmi, sin dejar de mirar al presidente.


—No tienes que preocuparte, es un buen joven. —asegura Lorath, con una confianza de sus palabras.


Lenmi no opina. Posiciona sus ojos en mí, me analiza por otro buen rato como si buscara amenazarme de no hablar a través de sus ojos. Lorath lo mira, espera que el alcalde deje de observar mi rostro de forma desconfiada. Viver se encarga de ponerle fin a esto llamando la atención de Lenmi con el tacto de su mano.

Guerra del dominioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora