Capítulo 10

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Llevo caminando por varios minutos en las calles principales tratando de buscar alimento para el hogar. Las tiendas del centro tienen precios elevados, capaces de desanimar a su comprador. A quien se le ocurre poner esas cifras en los alimentos. Llevo caminando lo suficiente para sentir mis pies palpitar del dolor, es incomodo. Analizo varias tiendas, las cuales van ahogadas de personas. Parece que hoy es día de compras para todos en la ciudad. No encuentro aquello que buscaba, simples frutas o alimentos que se adaptaran a la cantidad que cargo encima. Los precios comienzan a ser tema serio, pero quejarse tampoco hará que los precios bajen.


Camino por varias partes observando las tiendas, en busca de algo humilde, pero esa amabilidad que busco consiste en bajarle veinte por ciento al precio. Cansado de mirar y no encontrar algo, pienso que lo mejor es comer algo. Para mi gran decisión alimenticia, comer rollos de canela es más eficiente que comprar un alimento que me obligue a reducir el dinero que cargo conmigo y hacerme quejar el doble. Me detengo en la calle, comenzando a comer uno de los cuatro rollos que salvan mi tarde. A diferencia de otros días cuyas calles están ausentes de personas trabajando, hoy permanece gente por todos lados. Me siento libre este sábado, no cargo mi uniforme, no tengo misiones y estoy comiendo un rollo de canela. Un escenario que produce bienestar en mi ser.


Comienzo a comer en el parque, con una minoría de personas establecidas aquí. Me siento en uno de los cinco puestos del parque. Doy el primer bocado al rollo, su sabor dulce inunda mis mejillas internas para luego proseguir con la garganta. Mientras me alimento, me fijo en la pantalla del lado derecho de la calle. Esta proviene de un local de carne, quien tiene las puertas abiertas y un televisor divido en la entrada. Las noticias hablan de la reina, otro apartado fueron para los avances en el reino. Mi atención ante la pantalla es irrelevante hasta que algo arrastra mi atención hacia las noticias. El informe de la muerte de dos hombres, específicamente de la Asociación de Hechicería y Dominio. Me sorprendo por cómo hicieron sus muertes públicas, más esa misma sorpresa se desvanece al notar la carente información de sus causas de muerte. La noticia finaliza, dejando sus fallecimientos en el final.


Puedo escuchar a dos mujeres que se detuvieron cerca, igual que yo para escuchar. Murmuran apostando como esos dos hechiceros murieron por la misma rebelión, aun si no confirmaron nada. Un viejo solo lamenta sus muertes, orando por ellos y su descanso eterno. Regreso mis ojos a la pantalla y pienso en cómo usa a los hechiceros en forma de excusa para una publicidad. El presidente debió de aceptar ponerlos como una forma de propaganda para tratar de insinuar como sus muertes son la prueba de enseñar que hacen su trabajo de proteger el reino. Me pregunto si estará logrando lo que busca. Se han pronunciado protestas y vandalismos en las otras regiones del país. La importancia que le da hacia la prensa parece importar más que las misiones, supongo que por eso la mayoría de misiones van encargadas a la mano del vicepresidente, Viver. Me aparto del parque al terminar de comer. En mis manos cuelga la bolsa de rollos de canela. Aún me sobran cuatro.


Las personas de este país le temen a lo inexplicable, así se define el concepto sobre lo que domina en esta ciudad. Pero, los altos líderes buscan poder y ese poder de ahora está en la hechicería, de seguro harán de todo para conservarlo. Me pregunto cuánto persiste esta lucha, creo que desde el momento en que se les prohibió la mayoría de campo laborales a los ciudadanos con dominio. Sin la asociación todo sería un caos. A veces, no entiendo que trasfondo llega a tener la asociación. Comienzo a caminar por un largo tiempo hasta llegar al parque cerca de la entrada a la tercera etapa. Antes de poder seguir caminando, mi atención se mezcla con aquello que todos llegan a observar. Me aproximo hacia esa situación que la gente lleva rodeando con sus cuerpos como murallas. Sus rostros llenos de curiosidad y sorpresa atraen a mi persona. Me acerco llevando una sorpresa conmigo al saber que ocurre.

Guerra del dominioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora