Capitulo 13

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Emilio y Joaquín se separaron del beso, se sonrieron sin dejar de mirarse. Emilio acarició el rostro de Joaquín, ese beso los hizo cambiar.

-No recordaba los suaves que eran tus labios- dijo Joaquín.
-Y yo extrañaba el sabor de los tuyos- dijo Emilio y le dió otro beso-. Te extrañé mucho, Joaquín.
-También te extrañé, Emi.

Se dieron un beso más pequeño y se abrazaron, luego de hablar de su pasado se sintieron más tranquilos pero estaban felices de tener a sus hijas en sus vidas. Ambos se habían extrañado mucho.

Joaquín notó la hora y ya era hora de irse, Emilio lo acompañó a la puerta. Estando afuera se dieron otro abrazo, de verdad no querían soltarse luego de lo que acababa de pasar.

-Mañana llevo a Jade a tu casa- dijo Emilio.
-Si Emi, gracias- dijo Joaquín-. Fue una linda tarde contigo y las niñas.
-Si, fue un bonito día. Te vas con cuidado, te veo mañana.

Se dieron otro beso y Joaquín se fue. Emilio entró a la casa y antes de irse a dormir fue al cuarto de su hija. Sonrió al verlas dormir, se acercó y le dió un beso en la frente a cada una, después se fue a acostar.

Joaquín ya estaba acostado en su cama, no dejaba de pensar en el beso tan lindo que se dió con Emilio, sus sentimientos de amor estaban volviendo a nacer.

Al día siguiente, Nadia y Jade ya se habían levantado, tenían curiosidad por saber lo que había pasado pero dejarían que Emilio les contara por su cuenta.

-Buenos días- saludaron.
-Buenos días, niñas- dijo Emilio-. ¿Durmieron bien?
-Si.
-Sientense, ahora les sirvo el desayuno.

Las niñas no despegaban la mirada de Emilio, sabían que algo había pasado porque el mayor tenía una enorme sonrisa en el rostro. Sirvió los tres desayunos y desayunaban en silencio, las niñas decidieron ya sacarle la verdad a Emilio.

-Oye Emilio, ¿a qué hora vendrá mi papá?- preguntó Jade.
-Yo te llevaré al rato a tu casa, hija- dijo Emilio.
-¿Hija?
-Perdón Jade, me equivoqué. Pero si, al rato te llevo.
-¿Estás bien, papá?- preguntó Nadia.
-De maravilla, hija.

Esa respuesta las emocionó un poco ya que sospechaban que algo había pasado entre Emilio y Joaquín, trataría de descubrirlo.

Más tarde, Jade se despedía de su amiga porque Emilio ya la llevaría a su casa, quedaron en mensajearse si sus papás les confesaban algo y se fue a su casa. Durante el camino Jade no dejaba de mirar a Emilio, principalmente porque no dejaba de sonreír.

-¡Papá!- corrió Jade cuando llegaron a la casa.
-Hola mi niña, ¿te divertiste?- preguntó Joaquín.
-Si. Gracias por recibirme en tu casa, Emilio.
-No agradezcas, princesa. Eres bienvenida cuando gustes.

Jade se metió a la casa y cuando se aseguró que se fuera a su cuarto Joaquín se acercó a Emilio para darle un beso, el cual fue aceptado. Se sonrieron.

-Gracias por traer a mi niña- dijo Joaquín.
-No agradezcas, bonito- dijo Emilio y le dió otro beso-. Ya no quiero dejar de besarte.
-Ni yo a ti.

Se dieron unos piquitos y Emilio se fue a su casa, Joaquín sonreía ya que se estaba enamorando. Alguien se emocionó al ver eso porque los vio desde la escalera.

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