Plan de amor

Capitulo 41

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Ya faltaba menos para la llegada de Izan, todo ya estaba preparado para cuando se llegara el momento.

Como Joaquín ya se encontraba en la última etapa del embarazo Renata y sus padres lo ayudaban más en la tienda, pues Joaquín no podía estar tanto tiempo de pie.

-Hijo, ya te dijimos que no es necesario que vengas- dijo Eli-. Mi nieto en cualquier momento va a nacer y necesitas mucho reposo.
-Lo sé mamá, pero la doctora dijo que no pasaría nada con estirar las piernas- dijo Joaquín sentándose-. Por lo visto Izan será un bebé grande porque cuando estuve esperando a Jade mi panza era más pequeña.
-Ay hermanito, lo importante es que ya falta menos para conocerlo- dijo Renata acariciando la panza de su hermano.
-Lo sé, Emilio y las niñas ya solo están esperando el momento.

El día en la tienda iba normal, los clientes llegaban y la familia atendía, Joaquín no tenía dificultad para caminar pero en ratos se cansaba. Se sentó por un momento porque se sentía un poco mal, Uberto se acercó a él.

-Cachorro, lo mejor será que regreses a casa- dijo Uberto-. Necesitas descansar.
-Tienes razón papá- dijo Joaquín-. La verdad me siento muy cansado.
-Vamos te llevo.
-¡Ahh!

Joaquín gritó repentinamente ya que al levantarse sintió un dolor en su vientre. Sus padres y hermana se preocuparon.

-¿Qué tienes, hijo?- preguntó Eli.
-Solo fue una contracción- dijo Joaquín respirando-. ¡Ahh!
-Esto ya no es normal.
-Necesito ir al hospital, creo que ya viene mi bebé.

Pues todo parecía tener sentido y ya había llegado la hora, Izan estaba por llegar. Uberto y Eli ayudaban a Joaquín a subir a su auto para llevarlo de inmediato al hospital, Renata se quedaría en la tienda para pasar por las niñas a la hora que salieran de la escuela. Pero antes tenía que avisarle a Emilio.

Emilio se encontraba ensayando una nueva canción, se detuvo al ver que una de las secretarias le señalaba el teléfono que sostenía en la mano y se acercó.

-Disculpe que lo interrumpa, señor- dijo la secretaria-. Pero tiene una llamada importante, es su cuñada Renata.
-¿Renata? ¿Qué pasa?- preguntó Emilio al contestar y una enorme sonrisa se dibujó en su rostro-. ¡¿Enserio?! Ya salgo en este momento para allá. Paloma, si el jefe pregunta por mí le dices que tuve que salir, ¡ya va a nacer mi hijo!
-¡Felicidades señor Emilio! No se preocupe, yo le aviso.

Emilio guardó sus cosas y se fue rápido al hospital, su hijo ya estaba por llegar al mundo.