Emilio y Joaquín son padres solteros. Emilio tiene una hija de 11 años llamada Nadia y Joaquín tiene una hija también de 11 años llamada Jade. Ambas se llevan muy bien y quieren formar un plan para que sus papás se enamoren. ¿Qué harán?
Cada día ya faltaba menos para la llegada de Izan. Unas semanas después de que descubrieron que sería niño comenzaron con la remodelación del cuarto para el bebé, aunque los primeros días dormiría con los papás, pero ya estaba listo el cuarto.
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El día de hoy era domingo, la familia y amigos habían decidido organizarle un baby shower a Joaquín, pero además había una gran sorpresa para él. Ya se encontraban en casa familia y amigos, había muchas risas ya que Emilio y Joaquín tenían tapados los ojos porque jugaban el juego de la papilla.
-¡Arriba!- gritaban algunos. -¡Abajo!- gritaban los otros. -Amor, me dejaste todo embarrado- dijo Emilio cuando se quitó la venda. -Perdón amor- dijo Joaquín riendo.
Luego de los juegos fue hora de abrir los regalos. Aunque eran poquitas personas había bastantes regalos, realmente iban a amar a ese bebé y lo iban a consentir mucho.
-¡Ay, mamá!- dijo Joaquín al abrir el regalo de ella y le dió ternura.
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-Fue el primero que le empecé a tejer y le voy a hacer muchos más- dijo Eli. -Diego, de solo ver esto ya quiero que llegué el momento de bañar por primera vez a mi niño- dijo Emilio.
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-Le atiné entonces- dijo Diego.
Continuaron abriendo los regalos, unos eran que podrían usar para el momento que naciera y otros eran para cuando creciera un poquito.
Llegó el momento de la sorpresa de Emilio, las únicas que sabían eran Nadia y Jade, así que sería una sorpresa para los demás. Emilio tomó la mano de Joaquín y lo llevó al centro de la sala.
-Mi amor, estuvimos separados por muchos años, pero si no hubiera sido por nuestras hijas no estaríamos juntos- dijo Emilio-. Llevamos ya un año como pareja y sé que nuestro amor es verdadero. Quiero estar toda la vida a tu lado, ver crecer a nuestros hijos y conocer a nuestros nietos, quiero toda una vida contigo.
Joaquín ya lloraba por esas bonitas palabras que dijo su novio, además, el embarazo lo tenía sensible. Lloró más cuando Emilio se arrodilló frente a él y abrió una pequeña cajita en la que había un anillo.
-¿Te quieres casar conmigo?- preguntó Emilio. -Ay mi amor, claro que acepto ser tu esposo- dijo Joaquín sonriendo.
Se dieron un beso y todos aplaudieron, los felicitaron. El día que fueran a registrar a su bebé también se casarían por el civil y serían una bonita familia. El timbre sonó y Nadia fue a abrir, no sabía quién podía ser porque ya estaban todos los invitados del baby shower. Su sonrisa se borró cuando vio a tres personas.
