Capítulo 3

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Entre abrí los ojos y vi como caminábamos hacia el bosque, habían muchos mas de ellos. Cerre mis ojos para que creyeran que seguía dormida.

-¿La ha encontrado, Alpha? ¿O la trae para nosotros?. - Mi corazón latió con fuerza. Eso no sonaba bien.

-Es Mía. ¿No la hueles?.-Gruño el hombre que me cargaba en brazos. -Ya la marque. Nadie la toca, así que apartate.

Me relaje un poco más, por lo menos el no estaba de acuerdo con compartirme. Aun seguía aterrada pero tal vez podía convencerlo de dejarme ir.

-¿La llevara usted mismo?. - Preguntó de nuevo el otro hombre ¿Acaso no le temía?

-Si. Mata a todos los demás humanos, la he encontrado.

Me tense en sus brazos y obviamente los sintió por que me apretó más a su pecho. ¡Dios! ¿Que harían? ¿Y mi mamá?
El camino un poco mas y escuché como las otras voces se iban alejando y el caminaba por el bosque.
Abrí mis ojos y me encontré con su mirada fija en mi.

-Mi Luna. - Susurro el dejándome en el suelo con delicadeza.

-¿Qué va a pasar con los demás? No pueden matarlos.- Hice que mi tono de voz sonará suave a propósito. No quería molestarlo.

-No tienes por que preocuparte por los demás, su muerte será rápida e indolora, Mi Luna.

-Mi mamá esta ahi. Personas con las que crecí. Por favor. - Mi voz se fue quebrando con cada palabra. Los matarían a todos.

-Ese pueblo era tu pasado, Yo seré tu presente y tu futuro. - Se acercó a mi, me tomo de la cintura y beso la marca que acababa de hacer.
Mi cuerpo reaccionó al instante. La respiración me faltaba, mis pechos dolían y mi sexo palpitaba ¿Pero que estaba pasándome?

-¿Qu-ué...?. - Volvió a besar justo ahí y la reacción fue aún más fuerte.

-Eres Mi Luna, Mi Mate, Mi otra mitad. Eres Mía. -Susurro en mi cuello. Se pegó más a mi y pude sentir su palpitante miembro en mi vientre desnudo. Ni siquiera recuerdo en que momento convirtió mi ropa en algo que apenas y me cubría.

-¿Qué harás conmigo?.- Agradecí el no tartamudear esta vez, no quería parecer débil, aunque hasta ahora había fallado horriblemente.

El aspiro fuerte aún en mi cuello y un leve Gemido salió de su boca, o tal vez fue de la mía, ahora no podía distinguir las sensaciones, tampoco los sonidos, solo era el y yo.
Por desgracia...

-Pensar en eso hace que me duela, ¿Sabes?.- Beso de nuevo la marca y succiono un poco, esta vez mi Gemido fue sonoro y casi me derrumbó si no me estuviese sosteniendo.

-¿Porqué me siento así?. - Pregunté, cerrando los ojos y respirando por la boca. Todo esto era como la gloria, Maldita sea que era cruelmente maravilloso.

-Por que te marque como Mía, solo responderas a mi toque y solo yo podré deleitarme con tu cuerpo.- Murmuró mirándome a los ojos. Dios, eran muy hipnotizantes.
No podía sentirme molesta con el, algo en mi no me lo dejaba.

-Déjame ir, libera a Jarlem North de tu dominio y váyanse. No pertenecen aquí.-Exigi muy firme. Rápidamente me di cuenta de mi error ya que sus ojos se tornaron del mismo rojo que adornaba la luna y sus dientes crecieron peligrosamente.

-No.- Gruño mostrando sus dientes.- Tu me perteneces y la órdenes las daré yo, humana tonta. Tu sólo serás mi compañera de cama y la mujer que llevará a mis cachorros. No te tomes más liderazgo del que no tienes. Desde hoy en adelante, Mi Luna Hermosa, eres una propiedad. Mia y de ningún otro mas.

La Mujer del AlphaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora