La Mujer del Alpha

Capítulo 15

Pasaron varios minutos antes de llegar a lo que parecía ser mi antiguo hogar, no había gente fuera de sus casas. Todo estaba sumamente tranquilo. El hombre que me cargo me dejó con mucha suavidad en el suelo para luego tomar mi mano y llevarme a la antigua iglesia del lugar. Estar ahí hacia que mis entrañas se revolvieran, parecía que habían pasado años desde que estuve allí con mi madre.
Dentro habían muchas personas con el mismo aspecto del hombre que me trajo. Todos me miraban con ansias, casi con hambre.
Caminamos hasta llegar al altar de la iglesia, justo donde el Pastor Záitsev daba su sermón matinal.
Lo que vi me dejó sin habla, o más bien, a quien vi.
Iván Lébedev se erguía en su asiento como el líder que al parecer era. El hijo mayor de Fyodor Lébedev. Mi respiración se agitó, estaba segura de que mi piel estaba como la nieve y mi corazón no podía latir más deprisa.
Yo me había ocultado en su casa, todos creíamos que estaban muertos. Todo el pueblo llevaba meses de no verles.
Y aquí estaban. Los Lébedev, uno junto al otro, Fyodor, Iván, Boris y Roman.
Iván, quien había pedido mi mano y a quien yo había rechazado, se encontraba justo frente a mi, con una sonrisa de superioridad.
Todos estaban completamente pálidos y con miradas vacías.
¿Qué les había sucedido?

-Bellísima Elena, tanto tiempo.- Ronroneo Iván, se acercó a mi y tomó mi mano para dejar un beso en ella.- Elena, Elena. Me voy un tiempo y cuando regreso, me entero de que ¡Te has ido!.- Casi grito, colocándose justo frente a mi, su nariz en mi frente ya que el era muy alto.- Me decepcionas, Lena, lo que hiciste estuvo muy mal. Dime, ¿Qué harás para ganar mi perdón?.- Susurro en mi oído. No necesite mucha imaginación para saber de lo que hablaba.

-Iván, yo no decidí mi destino, solo lo acepte. Me oculte en su casa y solo iba a salir cuando la luna rojo se fuera, pero me encontraron y me llevaron en contra de mi voluntad. Asesinaron a mi madre y a todo los demás. No puedo cambiar nada, pero solo espero que no me culpes. Nunca quice nada de esto.- No baje mi mirada en ningún momento, Iván nunca me intimidó, tampoco ninguno de sus hermanos. Siempre fueron muy respetados en el pueblo o eso es lo que ellos creían, yo siempre supe que era temor lo que todos sentían hacia los Lébedev.

-Elena, no te atrevas a hablarme de esa manera. Ahora, cuéntame, ¿Qué fue lo que ese perro hizo contigo?
¿Acaso te dijo que todos habían muerto?.- Casi pude escuchar la burla en su voz. ¿Mijail me habrá mentido?

-Dijo que todos habían muerto. Incluso mi madre. Me llevo a su aldea y me desposo, ahora llevo conmigo a su hijo, el que será el nuevo Alpha de su manada y no esperes que se quede de brazos cruzados, Iván.

-Mi pequeña Lena, nadie murió. Ese sucio perro te mintió. Me asombra la forma en la que hablas de él, mucho respeto y admiración. Con el tiempo lo dejarás de lado y no te preocupes por tu bastardo. Me importa poco o nada lo que le pase, solo me importas tú.

Mis ojos se abrieron con asombro, ¿Nadie murió? ¿Porqué Mijail me había mentido?

-¿Dónde está mi mamá, Iván?
¡Por favor! Quiero verla.- Hice caso omiso de sus comentarios hirientes para concentrarme en mi mamá. ¡Ella estaba bien!

-Me temo que no será tan fácil cariño.- Su voz se torno ronca y su cuerpo se tenso.- Entregaste lo que era Mío, Elena. Lo perdiste. No te lo perdonaré tan fácilmente.

Tomó mi brazo con su gran mano, apretando duro y me guió a las afueras de la Iglesia. Me llevo a mi antigua casa, me empujó dentro y antes de cerrar la puerta, logró que con sus palabras, mi corazón se detuviera.

-Lo borraré de ti, Elena, haré que cada parte de ti sólo pueda recordarme a Mí.

Diciendo esto cerró la puerta y se alejo de prisa. Recorrí la casa en busca de mi mamá pero no estaba. Me recosté en la cama de mis padres y lloré. Lloré de miedo, lloré la pérdida, lloré de cólera y lloré por que era lo único que podía hacer.