Capítulo 14

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Me sentía bien, mi cuerpo comenzaba a recuperar su temperatura, color y movilidad. Me tomo unos segundos sentirme los suficientemente fuerte como para removerme en los brazos de Mijail y bajarme lentamente.
Uno de los hombres pálidos más cercanos a mi me sonrió, tan fríamente como pudo.
De un momento a otro él se encontraba frente a mi. Retrocedi hasta chocar con el pecho de Mijail quien le gruño al hombre frente a mí.
Se acercó un poco mas y trato de tocar mi mejilla pero Mijail me apartó. En cuanto lo hizo, un dolor se instaló en mi pecho y fue bajando a mi vientre, me lance al suelo y Grité por el dolor.

-Basta.- Gruño Mijail, trato de tocarme pero su presencia hacia que doliera más.- ¡Detenlo!.- Grito, acercandose al hombre que ocasionaba mi dolor. Él sonrió sin decir nada y la pena abandono mi cuerpo.

-Muy bien, Alpha Mijail. Ahora que tengo su atención le pido, No, le exijo que me entregue a esta hermosa humana.- Se acercó a mi de nuevo, esta vez Mijail no lo detuvo. Solo se tenso en su lugar y gruño.- Preciosa, te llevare con alguien que te ha estado esperando desde hace un tiempo. Te encantará, pero es una sorpresa.- Me tomo de la mano, una mano extremadamente fría y huesuda, y me dirigió al donde estaban los otros de su clase.

-¡No se la van a llevar!.- Grito Mijail silenciando a todo el bosque, ni un murmullo, ni siquiera una respiración.

-Mi querido Alpha. Nos la llevaremos, en unos meses te entregaremos al bastardo que lleva en su vientre. No nos interesa.- Uso el tono más despectivo que pudo existir, siempre creí que era por mi hijo. ¿Qué pasaba?

Mijail me miro a los ojos por primera vez y me aseguró con la mirada que regresaría con él, pero yo de verdad lo estaba empezando a dudar.
Tal vez Mijail sólo se estaba preocupando por la vida de su hijo, la verdad no me importaba, me aliviaba saber que por lo menos no lo arrancarán de mí.

-Vampiro, te daré caza. Recuerda mis palabras antes de que te arranqué la cabeza.- La amenaza de Mijail fue dura y yo estaba segura de que era de verdad.

-Buena suerte, perro.- Contestó el vampiro acompaña de una risa que me heló la sangre.

Me tomo en brazos para luego flexionar las piernas y saltar, el movimiento brusco me hizo soltar un Jadeo, sentí el viento golpear mi cara y la presión hacer que mi cabeza se sintiera como si fuese a explotar, me aferre al hombre que me cargaba y le me miró a los ojos con una sonrisa que daba miedo.

-No te asustes linda, pronto llegaremos y estarás a salvo.

¿A salvo con ellos? No respondi, solo mire hacia abajo, como las luces de la aldea se iban apagando, de repente, un aullido desgarro todo el lugar, un aullido de pena, primero se sintió a lo lejos y luego podría jurar que se acercaba, luego otros más lo compañaron, estaba segura que podían oírse a Kilómetros de distancia. Sin querer derrame una lágrima, una lágrima que cayó y se perdió en la oscuridad.

La Mujer del AlphaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora