diez

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En el viaje de regreso, por más que ambos se sentaron en el asiento de atrás, Jungwon parecía apartado, miraba a la ventana, ignorando completamente a Heeseung.

El rubio no se iba a quedar así, así que pasó al medio del asiento, tomando la mano de Jungwon, haciendo que este se sobresaltara, se giró hacia él y tardó un momento en dejarlo entrelazar sus dedos.

--- Siento que tengo que pedirte perdón --- murmuró Heeseung ---, no supe qué hacer, Jungwon, lo siento.

El pelinegro sonrió un poco, conmovido por el gesto de su novio.

No estaba enojado, simplemente se sentía mal con si mismo, y quería estar apartado.

Pero sabía que no podía liberarse de su protector novio.

Jungwon asintió, abrió la boca para hablar pero la cerró, alzó la mano e hizo una seña.

"Está bien".

Heeseung pasó la vista de la mano de Jungwon hacia su rostro, viendo cómo lentamente los ojos de Jungwon enrojecer mientras él intentaba aguantar el llanto.

--- No, bebé --- dijo, aunque su tono fue un poco brusco ---. Tu puedes, lo sabes.

Jungwon negó, mordiendo su labio con fuerza, su miraba bajó hacia su regazo.

Heeseung tomó con suavidad su rostro, alzandolo, los brillantes ojitos de su novio lo miraron, quebrándole un poco el corazón.

--- Esto ya te pasó una vez, Jungwonnie, ¿recuerdas? cuando volvimos del campamento  --- el rubio esperó hasta que el chico asintió ---. Esto es como cada vez que vuelves a hablar en las mañanas, ¿sí? cuando me dices los buenos días, ¿está bien?

Jungwon sólo lo miraba, sus ganas de llorar se habían ido a pesar de que sus lágrimas seguían en sus ojos.

--- Sólo te pusiste nervioso, bebé --- dijo Heeseung, refiriéndose a lo que le había contado la fonoaudióloga ---. Nos pasa a todos, está bien, pero sabes que puedes, ¿lo dices? ¿por mí?

Jungwon sonrió un poco, cerrando sus ojos un momento, buscando, como todas las mañanas, el punto exacto en su pecho de donde sentía su voz.

Tomando aire, lo logró:

--- Bu-buenos días.

Jungwon rió un poco, los labios de Heeseung sobre los suyos lo interrumpieron, dejando en un beso corto pero con ganas, haciéndolo sonreír.

La señora Yang los miró con ternura por el espejo, sonriendo ampliamente mientras estacionaba el auto frente a su hogar.

Loud [Heewon] ²Donde viven las historias. Descúbrelo ahora