diecinueve

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--- ¡Hola cuñado!

Heeseung frunció el ceño, pasó su mirada del sonriente joven castaño hacia su hermana, quién rió como una niña.

¿Qué mierda le pasaba a Heejin?

--- ¿Te vas a subir o no?

Escuchó la puerta destrabarse y subió a la parte de atrás de la patrulla.

--- ¿Por qué te robaste el auto de tu trabajo?

--- Porque puedo --- respondió la pelinegra, encogiéndose de hombros.

--- ¿Cómo has estado Heeseung? --- preguntó Jay con una sonrisa amable.

--- Bien --- asintió, sonriendo forzadamente al castaño ---. ¿Como es eso de cuñado?

--- ¿No le dijiste? --- Jay miró a Heejin, sin dejar de sonreír.

El rubio se preguntó si al chico no le dolería la cara de sonreír tanto.

--- ¿Decirle qué? --- preguntó su hermana, sin despegar la vista del camino.

--- De que somos...

--- ¿Somos? ¿Somos... qué?

Heeseung rodó los ojos, acomodándose en el asiento trasero.

Entre Niki al teléfono y aquellos dos no sabía que podría ser peor, pero si que prefieriría estar acompañando a Jungwon con su tarea o durmiendo.

--- Nunca me pediste ser nada --- dijo Heejin ---. No somos nada.

--- Bi-bien... ¿Quieres ser mí... Novia?

--- Claro --- dijo la chica con simpleza.

Heeseung rodó los ojos con fastidio.

No supo hasta cuándo estuvieron así, pero al llegar al centro y estacionar la patrulla, Heeseung comenzó a ver los locales de alrededores en búsqueda de algo que pueda ser un regalo decente.

Vio un montón de locales de ropa, y no pudo evitar ver en las librerías los bonitos cuadernos, aunque negó para despejarse de la costumbre cada vez que veía uno.

--- ¿No tienes ni idea qué le puede gustar?

Heeseung miró a su hermana inquieto.

--- Sé todas las cosas que le gustan, es que no encuentro algo que... este a su nivel, que valga la pena, algo de lo que se merece, ¿me explico?

Vio a Heejin morderse el labio para ocultar una sonrisa.

--- Eres un cursi --- dijo, y no pudo evitar reír un poco.

--- Púdrete.

--- Ahí está mí hermano --- respondió la chica, con gracia ---. Yo que tú, le compro algo que a todos les encanta.

Heeseung la miró esperando que continuara.

--- Una cámara instantánea --- dijo la chica ---. Así toda bonita, de color rosa-

--- El amarillo me gusta más --- la interrumpió ---, es nuestro color.

Por primera vez en el día, había tenido una buena idea de qué regalar.

--- Pero son muy costosas --- murmuró el rubio, con decepción ---. No tengo tanto dinero para eso.

Desde que se había ido de la casa de su familia, Heeseung había vivido de algunos ahorros que tenía, y cuando se acabaron, Heejin comenzó a darle dinero, pero nunca le pedía demasiado, no quería aprovecharse.

--- ¿Por qué te preocupa el dinero si al final lo pagaré yo? --- dijo la chica.

Heeseung negó.

--- No, está bien, puedo pensar en otra cosa.

--- Calla, la compraré igual --- dijo ---. Como dices, Jungwon merece un lindo regalo, a demás, él me cae bien, no me molesta gastar en algo para él.

El rubio sonrió un poco, cálido por el gesto de su hermana.

Heejin tomó su brazo y comenzó a arrastrarlo, en búsqueda de la primera tienda de electrónica que apareciera.

Loud [Heewon] ²Donde viven las historias. Descúbrelo ahora