cincuenta y siete

58 15 0
                                    

Jungwon jugaba inquieto con sus dedos, mirando a todos lados del blanco pasillo, esperando que Heeseung, o su madre, aparecieran frente a él, sintiendo agobio entre toda la blancura y el horrible olor a alcohol que hacía su nariz picar.

—¡Jungwonnieee!— canturreó Heeseung, el pelirrojo corrió un poco hacia él con una sonrisa, había podido notar los ojitos de cachorro perdido desde lejos.

Abrió sus brazos y Jungwon no dudó en acomodarse en el abrazo, sonriendo al sentir la calidez de su novio.

—Todo está bien, amor. — murmuró el pelirrojo. — ¿Vamos a la sala de espera?

Jungwon sólo asintió, caminaron a la par, con Heeseung rodeando los hombros del castaño con un brazo, hasta llegar a dicha sala, una parte más relajada, cálida y un poco más humana comparada al resto del hospital.

—Estás muy callado, Jungwon. — dijo Heeseung, en cuando se sentaron algo apartados de las otras personas de la habitación.

El tono de su novio había sido suave, pero ambos sabían que había sido más una exigencia.

N-No quiero hablar. — murmuró el castaño, mirando a Heeseung, esperando que comprendiera.

Heeseung apretó sus labios en una mueca, tomó las manos de Jungwon, acunándolas entre las suyas.

—Sabes que estoy aquí para ti, siempre. — dijo. — Y no es que quiera que me cuentes qué piensas sólo para exigirlo... Te noto mal, Jungwon, y si hablas conmigo quizás te alivie.

Jungwon mordió su labio inferior, bajó su mirada hacia sus manos, abarcadas completamente entre las de Heeseung.

No qui-ero que su-fran. — murmuró el castaño. — no qui-ero que llo-res, no qui-ero que les du-ela.

Jungwon sorbió un poco su nariz, aguantando las lágrimas.

No qui-ero morir. — admitió.

Heeseung no tenía palabras, sintió sus palabras abandonarlo, sólo atinó a abrazar a Jungwon, dejando que algunas lágrimas corrieran por sus mejillas.

—No vas a morir, Jungwon. — dijo, su voz era segura.

L-La pa-san mal p-por mi cul-pa. — balbuceó Jungwon, entre llanto.

—Jungwon, eres la persona que más felicidad me trajo en toda mi vida. — dijo el pelirrojo. — y... Sí la paso mal cuando te veo mal, pero no se compara a toda la alegría que me da tenerte.

>> Así que no pienses en que nos haces sentir terribles, porque eres la persona más linda que pude conocer, y nunca dejes de serlo.

>> Y no vas a morir, porque nadie va a dejar que eso pase, ni yo, ni tu madre, ni los doctores... Sólo hay que pelear un tiempo, ¿Bien? Tú puedes pelear, Jungwonnie, lo sabes.

Jungwon no respondió, se apartó para secar sus mejillas con la manga de su abrigo.

Te a-mo, Hee. — murmuró, con una pequeña sonrisa.

Heeseung había logrado calmarlo, quizás no reconfortarlo del todo, menos haberlo convencido, pero entendía con todo su corazón que su novio nunca se rendiría con él.

—Te amo más. — respondió.

Loud [Heewon] ²Donde viven las historias. Descúbrelo ahora