ciento uno

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La pequeña niña tomaba la muñeca de su primo, sin dejar que se separara de ella más de lo que sus bracitos podían.

Yu-na. — llamó el niño, quejándose del apretón de su prima en su muñequita, su voz sonó las torpe de lo normal por no poder escuchar lo que decía.

—Harua... — la niña recordó lo que había pasado y se volteó hacia él para hacer una seña, que había aprendido recientemente en las clases taller de su tío.

"Espera".

El pequeño Harua apuntó a su muñeca, su piel estaba rojiza por el agarre tan fuerte.

La niña soltó su muñeca y el otro frotó la zona con un ligero puchero en los labios.

—Tío Jungwon está cerca. — dijo Yuna, exagerando el movimiento de sus labios para que el otro pudiera leerlos, no sabía hablar tanto en señas.

Harua asintió, y fue atrás de su prima en cuanto ella continuó avanzando.

No sabía cómo ella no se perdía en tan amplios pasillos.

La niña entró a la sala de profesores sin siquiera tocar, los presentes alzaron la vista hacia los niños.

—Yuna, Harua ya les dije que no pueden estar aquí. — Jake se levantó de su silla para echarlos, pero la niña habló antes de que pudiera acercarse.

—A Haeua lo golpearon y ahora no escucha.

Jake se detuvo, se escuchó una silla moverse sonoramente y Junhwon apareció detrás de él, al ver a su padre el pequeño Haeua fue a abrazarlo y a colgarse de su cuello con sus bracitos.

—¿Quién lo golpeó?— preguntó, mirando a la niña.

—Unos chicos estaban jugando con una pelota y la patearon fuerte y lo golpearon sin querer. — contó. — Le pidieron perdón pero Haeua empezó a llorar porque ya no escuchaba.

Jungwon asintió, tomó los bracitos de su hijo y separó el abrazo, tomó su cabeza y miró el aparato detrás de su oreja, mirándolo con atención.

—Se apagó. — dijo, apretando un botoncito en el objeto, Harua abrió sus ojos más ampliamente cuando volvió a escuchar, de forma clara, no ese murmullo que había sentido por tanto rato. — ¿Estás bien?

S-sí. — el pequeño sonrió, Jungwon revolvió sus cabellos con cariño.

—Papá Hee estará en un rato. — dijo. — No jueguen bruto.

Miró los gatunos ojos de Yuna y le habló en señas para ver si sus clases servían de algo.

"Cuídalo".

La pequeña tardó un momento en traducir el gesto, aunque su primo lo entendió más rápido y frunció el ceño con molestia.

Él era dos años mayor que la niña y no tenía que soportar que lo cuidaran.

—¡Sí!— la chica habló con emoción cuando entendió lo que quería decir. — ¿Podemos ir con el piano?

Jake asintió, sonrió con ternura.

Estaban por salir corriendo de allí cuando el pelinegro apareció en la puerta de la sala.

—Wow, wow, ¿saben que no pueden correr por la escuela?— Heeseung miró a su hijo con el ceño fruncido, pasó su vista a su sobrina, demasiado parecida a Heejin y con el mismo temperamento.

—Los abuelos no corren. — contestó, mirándolo con los brazos cruzados.

—¿Disculpa?

—Muévete, abuelo. — la niña lo empujó y el pelinegro se corrió sin problemas, viendo a los dos pequeños salir corriendo por los pasillos.

Heeseung miró con expresión indignada a ambos en la sala, quienes rieron.

—Su madre nunca le enseñó a respetarme. — dijo. — Estúpida Heejin.

—Pero a Jungwon si lo trata bien. — comentó Jake.

—Porque él es su profesor, ponme a mí de profesor y sabes cómo les impongo respeto.

—Nunca se me ocurriría.

Heeseung se acercó a Jungwon, rodeando su cintura con un brazo, dejó un beso en sus labios.

—Niki dijo que la maratón de Sunoo se pasó a las seis. — dijo el pelinegro. — Podemos llevar a los niños al parque un rato.

—Genial, puedo decirle a mi bebé que podrá ir. — Jake sonrió ampliamente.

—Sigues siendo una colegiala enamorada. — comentó Heeseung.

Jake llevó una mano al pecho, dramatizó su ofensa haciéndolos reír.

—Mira, mejor ve a cuidar que los niños no rompan ningún instrumento, porque me los pagas, Lee Heeseung, con tu mugroso sueldo de botones.

—Soy gerente de atención al público. — replicó el pelinegro con una sonrisa, solo para irritarlo.

—¿Quién?

—¿Cómo que quién? Yo, Jake, ¿Quién-?

—Quién te preguntó.

El mayor de los presentes y Jungwon comenzaron a reír por la pésima broma, tan vieja y barata y que la gente siga cayendo.

Heeseung asintió y se marchó de la sala ofendido, al menos esos niños no le harían tanto bullying.

—Seuggie~

Escuchó los pasos apresurados a su espalda y esperó a su marido, quien llegó a su lado y tomó su mano con cariño.

—Te acompaño.

Heeseung sonrió al mismo tiempo que apretaba un poco más el agarre de sus manos unidas, y continuaban su camino mientras escuchan el piano sonar en notas desordenadas.

Heeseung sonrió al mismo tiempo que apretaba un poco más el agarre de sus manos unidas, y continuaban su camino mientras escuchan el piano sonar en notas desordenadas

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Jungwon y Heeseung se casaron y adoptaron a Harua, quien es sordo y por eso usa esos aparatitos que se mencionan.

Yuna es la hija de Heejin y Jay, prima de Harua y sobrina del Heewon.

Jungwon tiene un taller de lenguaje de señas en la escuela y le enseña a los niños a hablar con las manos.

Por los años y práctica, Jungwon puede hablar normal, por eso sus palabras no están en cursiva.

Es el pequeño Harua al que le cuesta hablar por su sordera.

Y Sunoo corre maratones.

Loud [Heewon] ²Donde viven las historias. Descúbrelo ahora