cuarenta

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Heeseung se estiró para tomar el tarro de vaselina, untar sus dedos y pasar sobre su miembro, tomando un poquito más para sus dedos.

—Ábrete para mí, bebé. — murmuró contra el oído de Jungwon, su voz grave lo hizo temblar un poco más, cuando un espasmo recorrió su cuerpo.

Obedeció, dejando a Heeseung colocarse entre sus piernas.

Con una mano para sostenerse, y no caer sobre Jungwon, acercó la otra hacia la entrada del castaño, acariciando un poco su entrada antes de comenzar a introducir el primer dedo, notando un leve jadeó de dolor que Jungwon quiso esconder.

Lo movió con lentitud, hasta que sintió a Jungwon acomodado, antes de comenzar a penetrarlo, aumentando la intensidad de a poco, hasta que estuvo dilatada lo suficiente para agregar el segundo dedo, haciendo lo mismo que antes.

Gracias al lubricante, mucho más eficiente que un tanto de saliva, se deslizó con más facilidad en su interior, sintiéndose más cómodo que la última vez, Jungwon sonrió un poco.

—¿Estás listo?— lo escuchó preguntar a Heeseung, deteniendo el movimiento de sus dedos en su interior, Jungwon asintió con ganas.

El mayor retiró los dedos de su entrada, para acomodar su miembro en esta, comenzando a penetrar con lentitud, sintiendo las paredes de Jungwon rodearlo, mientras el castaño había comenzado a respirar con fuerza, temblando.

Heeseung levantó un poco una de las piernas de Jungwon, dando una señal que el castaño entendió, enredando sus piernas sobre las caderas del mayor, como la última vez, sintiéndose un poco más aliviado, el mayor terminó por entrar completamente en él, suspiró con algo de alivio, aunque sentía demasiado lo grande que era en su interior.

El peligris movió sus caderas con lentitud, acostumbrado lo estrecho que estaba Jungwon, escuchando los rápidos y bajos gemidos del menor, que se calmaron un poco cuando se acomodó al miembro dentro de él.

—¿Quieres hacerlo tú?— le preguntó Heeseung, sintiendo sus piernas molestar por la posición.

Jungwon no entendió bien la pregunta, tampoco podía pensar claramente, pero no mostró objeción cuando Heeseung pareció abrazarlo para levantarlo de la cama, hasta quedar sentado sobre él, aún con su miembro dentro.

—Salta, bebé. — murmuró, colocando las manos debajo de sus muslos, casi tocado el redondo trasero de Jungwon, quien acomodó sus manos sobre los hombros de Heeseung, desenredando sus piernas para flexionarlas a los lados del mayor, apoyándose en el para levantarse un poco, sintiendo el miembro moverse en su interior, bajó lentamente hasta que quedó de nuevo enteramente dentro de él.

Buscando un ritmo lento hasta acostumbrarse, comenzó a autopenetrarse con más ganas conforme se comenzaba a sentir cada vez mejor.

Enterraba sin querer sus uñas en los hombros de Heeseung –aunque éste apenas de daba cuenta–, en busca de más apoyo, su espalda se arqueaba por el placer, gimiendo alto cuando comenzó a tocar un punto intenso en su interior, dejándose caer sobre el miembro del mayor.

Heeseung se sentía en parte orgulloso entre todo lo excitante de la situación, viendo a su bebé haciendo todo el trabajo, a pesar de que le había ofrecido eso para que Jungwon lo hiciera a su ritmo, sin querer hacerlo muy brusco o fuerte, parecía que el castaño era más sucio de lo que pensaba

Jungwon había comenzado a parecer un desastre, con el rostro completamente ruborizado, los labios hinchados y que mordía con ganas, sus cabellos pegados a su sudorosa frente, gimiendo de forma errática.

Heeseung estaba encantado con esa imagen, sonriendo mientras gemía profundamente con cada movimiento de Jungwon.

Con unas últimas penetraciones, en las que Heeseung tuvo que ayudarlo a alzarse completamente, Jungwon acabó, manchando a ambos, mientras unos últimos gemidos, más tranquilos y bajos que los anteriores, salían de sus labios.

Loud [Heewon] ²Donde viven las historias. Descúbrelo ahora