noventa y uno

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—Jungwonnie, ya lo practicaste tres veces, te vas a cansar antes de la presentación. — dijo el pelirrojo, bajando la tapa que protege las teclas del teclado.

Jungwon respiraba algo agitado, sus nervios sólo habían aumentado con esas prácticas y el reloj en la pared tampoco ayudaba.

—Cariño. — Heeseung colocó una mano sobre su cintura, rodeándolo por detrás, Jungwon dió un pequeño salto por el toque, se encontró con los atentos ojos de su novio. — ¿Quieres comer algún dulce? ¿Para tranquilizarte?

Jungwon negó, su estómago se había cerrado por los nervios, buscó la mano de Heeseung para tomarla, presionándola entre las suyas, sintiendo que su bebé lo necesitaba, el mayor lo abrazó, el castaño escondió el rostro en su cuello.

—¿Por qué tan nervioso, bebé?— murmuró Heeseung, aunque el menor sólo se encogió de hombros. — Niki me mandó un mensaje, ya están aquí, ¿quieres ir con ello?— Jungwon asintió, separándose del abrazo y caminando de la mano juntos comenzaron a buscar a sus amigos.

No fue difícil encontrarlos, siempre habían usado el método de buscar a Sunoo primero, era reconocible desde lejos, y a su lado iba a estar Niki.

Cuando se encontraron, no faltaron los comentarios de que no habían dicho a donde estaban y de que no contestaban los mensajes, que podían ponerle pausa al sexo por su amistad, lo esperaban en parte.

Pero lo que Heeseung no se esperaba fue la pregunta de Niki, cuando iban camino hacia el lugar donde seria la presentación, que usaban como gimnasio y que tenía un escenario.

—¿Le dijiste a tu madre de la presentación?

El pelirrojo frunció el ceño.

—La señora Yang no, tu madre biológica. — aclaró el pelirubio.

Heeseung negó.

—No, para nada. — dijo. — Tuve que bloquearla de todos lados porque no dejaba de mandar mensajes y llamarme, no tengo contacto con ella desde hace meses.

—Está aquí.

—¿Qué?— miró a Niki sin querer creerlo, el chico asintió. — Mierda, ¿qué hace aquí?— comenzó a ver alrededor para intentar encontrar una cabellera rubia, pero ninguna de las que veía parecía ser su madre.

—Esa mujer está loca, Heeseung. — dijo Niki. — Perdón por decirle así, pero-

—Está bien, tienes razón, Niki, no me ofende.

Riki suspiró y se encogió de hombros.

Y... ¿si cam-bió?— preguntó Jungwon, quien hasta entonces había escuchado en silencio mientras caminaba de la mano con Heeseung.

—¿Crees que le gente así pueda cambiar?— preguntó Niki.

Jungwon asintió.

—Quizás se dio cuenta que no tienen remedio y vienen a hacer las pases. — dijo Sunoo, se encogió de hombros.

"Eso quisiera creer" pensó Heeseung.

—¡¿Qué hacen ustedes ahí?!

La voz histérica de Jake hizo a los cuatro voltear con miedo, el pelinegro se acercó a ellos a paso apresurado.

—Los tortolitos tienen un dúo, deben estar atrás del escenario, empezamos en diez minutos.

Los ojos de Jungwon se abrieron de más al escuchar el poco tiempo que le quedaba, apretó con más fuerza la mano de Heeseung, quien devolvió el apretón para demostrar su apoyo.

Apenas murmuró unos "Sí, sí" mientras caminaban apurados hacia una puerta que daba hacia bambalinas, sin querer escuchar al estresado y nervioso director.

Loud [Heewon] ²Donde viven las historias. Descúbrelo ahora