Epílogo 🦋

190 17 6
                                    

Eris Farrera

Espere, pero no volvió. Se había ido. Me sentí impotente sin nada que poder hacer, no podía ofrecerle nada aún estando atada a mis padres, pero le dije que no la olvidaría y que cuando fuera mayor de edad la buscaría y escaparíamos juntas.

Después de eso perdimos toda conexión, cuando la llamaba de vez en cuando para saber cómo estaba decía que no podía hablar porque estaba ocupada o inventaba algún pretexto, algo no andaba bien. Esa chispa que ella tenía se había apagado y sonaba triste. Las últimas veces que la llamé ella ya no contestó, seguí insistiendo pero nunca mas contestó.

Pensé que si la amaba debía dejarla ir, no le vi futuro a nuestra relación, tantas cosas se interponían que me rendí ante la presión de los demás, yo solo deseaba que ella empezará de nuevo y fuera feliz como una chica normal, era tan hermosa que fácilmente algún chico se interesaría por ella y viviría una relación normal olvidando el pasado, olvidándose de mi, me hice a la idea de que ella estaría mejor sin mi, y dejé de llamarla.

Ya habían pasado meses, y me sorprendió recibir una carta de Luna, emocionada subí a mi recámara a leerla para saber las nuevas de ella, pero al leerla termine con el alma desgarrada y llorando a gritos, sola en mi habitación sin más consuelo.

Era una despedida definitiva.

Sabia que Luna sufría de depresión a pesar de que siempre tenía una amplia sonrisa en su rostro, pero nuca imaginé que llegara a suicidarse. Ese día llore a mares grite hasta que sentí mi garganta desgarrarse, me sentí destrozada e intenté ir a buscarla pero no sabía ni a dónde ir, me sentía tan impotente al no poder hacer nada, me estaba volviendo loca, me imaginé cosas como que la carta era un plan de mis padres para que no pensara en buscarla más, y que ella aún seguía con vida.

Ese día llore tanto que mi cabeza dolía y empecé a vomitar hasta perder el conocimiento, al siguiente día cuando desperté tirada en el baño de mi habitación pensé que había sido un mal sueño, hasta que vi la carta tirada a mi costado, no podía creerlo, esto no podía estar pasando. Baje de mi cuarto con la intención de enfrentarme a mis padres, estaba tan enojada con ellos y conmigo misma, al bajar noté que mis padres y mi hermano estaban reunidos leyendo algo, y mi madre se lamentaba decía que lo mejor era que yo no me enterara, me apresure a bajar las escaleras y les arrebate el periódico.

La primera nota era el suicidio de una joven de 17 años, hija de una conocida actriz, quien había decidido quitarse la vida después de confesarle a su madre que su padrastro habría abusado sexualmente de ella desde que era un niña. La madre lo había denunciado y ya se encontraba en prisión.

Yo nunca me di cuenta y ella tampoco me lo dijo. Como podía saberlo.

Todos estos años he pasado lamentándome por no haberla ayudado. Me he sentido tan miserable y desdichada que nunca he vuelto a amar a nadie más. Ese mismo día me arme de valor y dejé mi casa, me volví una persona independiente y jure nunca más volver a depender de mis padres, quienes no hacían más que rechazarme y bajar la poca autoestima que me quedaba.

—Solo tiene 17 años ya volverá — dijeron ellos.

Y no volví nunca más.

Hace años que no hablo con ellos.

Tuvieron que pasar muchos años para que me decidiera a leer el diario.

Diario que no he podido terminar de leer porque cada que intento seguir mi corazón termina más lastimado. Cuando lo termine tal vez deje de doler un poco.











🦋

NO LEAN MI DIARIODonde viven las historias. Descúbrelo ahora