𝟏𝟑. 𝐂𝐨𝐧𝐟í𝐨 𝐞𝐧 𝐭𝐢.

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❝Somos buenos el uno para el otro. No pondré a nadie por encima de ti.
Tengo tanta suerte de haberte encontrado.❞
Trust - Alina Baraz.

•••


Eran las nueve de la mañana cuando Ayla llegó a la estación central de Seúl. Su madre la había acercado, llevaba un pequeño bolso con sus pertenencias personales y otra colgando en su hombro. Había acordado encontrarse con su novio en uno de los andenes. Sería un fin de semana.

La estación central de trenes de Seúl estaba algo llena por ser viernes en la mañana. Para su suerte, no tenía clases ese día, mientras que el pelinegro había podido intercambiar días con sus compañeros. Ayla observó por las gigantes pantallas colgadas del techo de vidrio templado, los horarios de los servicios. Tomarían el KTX, un tren de alta velocidad.

Tomó asiento en una banca, extrajo su celular del bolsillo de su campera de mezclilla revisando los mensajes. No había alguno de su chico. Suspiró justo en el momento en que unas grandes manos le taparon la visión. Sonrió de labios sellados cuando su olfato captó el aroma del perfume varonil suave y sutil.

-Si adivinas quién soy, te daré lo que quieras.

-Ay, dime qué eres DPR Ian, -chilló- realmente dejaría que me diera un beso.

Ayla cubrió su boca con su mano para evitar carcajearse ante el rostro ceñudo de su novio. No estaba nada contento.

-Comenzare a pensar que mi novia no me quiere. -desvió la mirada, su lengua golpeaba dentro de su boca.

-Ya, tontito, solo bromeaba. -se levantó, rodeó con sus brazos los hombros masculinos y besó su mejilla.

Estaba empeñado en seguir con su malhumor, Ayla luego de varios besitos y palabras zalameras logró hacerle sonreír. A pesar de los rostros desconocidos que los miraban con ojos críticos por ver a una pareja muy cariñosa.

Cuando la voz mecánica anunció que el tren saldría, se dirigieron hacia el correspondiente vagón. Habían reservado con antelación ya que el tren era uno de los más famosos y popular de Corea. Tenían asientos uno al lado del otro, una mesa delante donde podrían colocar su comida o laptop, también un compartimento dónde colocar sus bolsos, era un ambiente cómodo.

Tendrían tan solo dos horas y minutos de viaje, por lo cual, JungKook solo durmió colocando su cabeza sobre el hombro de Ayla mientras ella leía un libro disfrutando, ocasionalmente, de los pequeños paisajes que veía a través de las ventanas.

Al llegar, tomaron un taxi que los trasladó directamente hacia la residencia Jeon, dónde el pelinegro sabía que sus padres los estaban esperando. Su madre le hacía saber a través de los mensajes lo emocionada que estaba por su llegada.

Pagaron el servicio una vez llegaron, con sus bolsos en mano entraron hacia el pequeño patio delantero de la casa de dos pisos, JungKook deteniendo a Ayla antes.

-Yeobo, -a Ayla casi se le detiene el corazón del amor al escucharle mencionarla así- pase lo que pase, no me dejes, mis padres son algo especiales.

Ayla rio por lo tonto que se escuchó, acunó las mejillas redondas del chico y besó sus labios por un momento.

-¡Soah! ¡Los niños llegaron!

Estaban avergonzados cuando la puerta se abrió, Ayla sonrojada mirando como el hombre abrazaba con cariño a su hijo y este le correspondía de igual manera. Luego vio salir a la misma mujer que había conocido por videollamada, era muy bonita en persona, se abalanzo sobre su hijo, abrazándolo, besándolo y diciéndole palabras afectuosas llenas de amor.

𝑩𝒆 𝑴𝒚 𝑭𝒐𝒓𝒆𝒗𝒆𝒓 ᴶᴶᴷ  - [COMPLETA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora