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—¡ Déjenme entrar! —Daella golpeó a Sir Cole y se removió cuando sir Harwin la aparto —¡ Sir, sueltame!

—Por primera vez en mi vida voy a desobedecer una orden tuya — la volteo y poso sus manos en sus hombros —Escúchame, se que amas a ese hombre más que a nada en este mundo, se que estas cansada de sufrir por este amor, pero ella también te necesita.

Daella miro a Alyssa que estaba recostada en una de las tiendas mientras miraba a todos lados asustada. El sir tenía razón, ella la necesitaba y era lo único que le quedaría de él si llegaba a morir. Se acerco a su pequeña y esta corrió a sus brazos para abrazarla.

—¿ Papá va a estar bien? —sollozo —Dime la verdad. ¿ Va a morir?

—No, mi amor — sonrío amargamente —Te juro que el va a despertar y haremos ese viaje que tanto hemos planeado, nos vamos a casar otra vez, tendrás un hermanito y todas esas cosas que no hemos podido hacer. Lo prometo.

Lo cierto que es no tenía certeza de aquello que le decía a la pequeña y le dolía mentirle, pero quería que estuviera tranquila. Quería que fuera la pequeña niña que siempre estaba alegre y corría por los pasillos de la Fortaleza con una sonrisa. No la pequeña asustadiza que ahora temblaba en los brazos de su madre.

Daella habia vuelto a su tienda para descansar y alimentarse un poco por órdenes de su tío

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Daella habia vuelto a su tienda para descansar y alimentarse un poco por órdenes de su tío. Estaba pálida y ojerosa y  el último "Te amo" de Aemond se repetía una y otra vez en su cabeza. Alyssa había estado más tranquila, pero los ruidos fuertes la asustaban.

El rey entró a la tienda y Daella dio un respingo sintiendo que el aire abandonaba su cuerpo.

—¿ Qué sucede? — susurro con miedo mirando a Alicent que tenia los ojos hinchados de tanto llorar.

—Volverán a la Fortaleza para que estén seguras y después nosotros iremos.

—No, siempre he respetado tus ordenes, pero no me pidas que me aleje de mi esposo  porque no lo voy a hacer.

—Daella, es lo mejor.....

—No — dijo firme —Te amo y te respeto como a nadie en este mundo, pero no me pidas algo que no voy a hacer jamás.

—Dejala que se quede —Alicent poso una mano en su hombro —Entiende que ella lo necesita.

El rey miró a su esposa y después a su sobrina y suspiro asintiendo. Estaba claro que no podía ir en contra de aquel amor que era más grande que cualquier cosa en ese momento. La misma Alicent lo dijo.

El amor más bonito de todo Westeros.

Daella suspiro cuando salieron de ahí y fue a cambiarse para quitarse el mal olor que tenia encima. No le habían dicho nada de Aemond y Daemon le dijo que se quedara tranquila, que el le avisaría si había noticias.

SANGRE DEL DRAGON ( Aemond Targaryen )Donde viven las historias. Descúbrelo ahora