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Daella miraba a Aerea con miedo todas las noches. Desde que Alyssa se había ido estaba al pendiente. No había querido decir nada, pero su pequeña bebé era idéntica a la niña de aquel sueño que había tenido en su embarazo. Estaba más relajada con las sirvientas que cuidaban a sus pequeños para que ella hiciera cosas como tomar un baño tranquila y comer en paz, pero de igual manera quería ocuparse de todo. La relación con Aemond se estaban volviendo distante porque el se la pasaba todo el día trabajando en su escritorio y Daella se ocupaba de sus cuatro bebés y de enviarle cuervos a Baela para saber de Alyssa.

La tormenta tenía a Aerea un poco inquieta  y solo quería estar en los brazos de su madre o padre. La noche estaba siendo eterna y Daella se negaba a que alguien más la tomara porque no se quedaba tranquila. Cuando por fin se quedó dormida, Daella la dejo en su cuna al lado de sus hermanos y la acurrucó en sus mantas por el frío.

—Buenas noches —Aemond entro a la habitación y se acerco a las cunas dejando un beso en la frente de cada uno de sus pequeños.

—Buenas noches —Daella lo miro —¿Donde esta Aelix?

—Esta con Daeron —respondió y Daella asintió —Necesito hablar contigo.

—Mañana, estoy cansada —suspiro.

—Es importante —se sento a su lado —Escúchame.

—Que sea rápido.

—Nyra a tomado la decisión de volver a Desembarco y eso incluye a nuestra familia.

—No —dijo firme —No quiero.

—Tenemos razones para volver —poso una mano en su hombro —Mis padres quieren conocer a los trillizos y ni siquiera saben de la existencia de Aelix.

—No estoy de acuerdo.

—Daella, mi amor esa no es la única razón por la cual debemos volver. Esto no es algo que sólo afecte a Nyra, también es mi padre.

—¿De que estas hablando?

—Papá, ha tenido varias recaídas en las últimas lunas y mi madre está desesperada —Daella se giro por completo y lo abrazo pasando las manos por su cabello.

—¿ Por qué no empezaste por ahí?—susurro —Lo siento, se que he estado distante, pero sabes que te amo y que obviamente iremos a Desembarco. Puedo soportarlo.

—Gracias —poso una mano en su nuca y la unió a sus labios de forma lenta y delicada.

Aemond llevo sus manos a la cinta del camisón y Daella lo freno.

—Aelix vendrá en cualquier momento y todavía no podemos.

Suspiro y se levantó.

—Quiero.....

—Ya se lo que haré — tomó sus manos y lo guió hasta su habitación.

Daella cerró la puerta con pestillo y lo empujó hacia la cama quitando sus botas. Bajo su pantalón y se relamio los labios cuando vio su ereccion. La tomó y la metió a su boca por completo dejando a Aemond al borde del abismo.

Daella se había recostado en la cama y Aemond se acostó entre sus pechos.

—Hueles a los trillizos —apretó uno de sus pechos con deseo.

—No......

Daella se echo a reír cuando el chorro de leche empapó a Aemond y este se relamio los labios.

—No es divertido — se limpio con el camisón de su esposa.

—Claro que si —susurro —Extraño a Aly, creo que no fue buena idea dejarla ir.

SANGRE DEL DRAGON ( Aemond Targaryen )Donde viven las historias. Descúbrelo ahora