contiene: obscenidad gráfica, sexo telefónico , pelusa
Trazo el contorno de la pantalla de mi teléfono esperando su llamada nocturna.
Timothée se fue hace dos meses para filmar su nueva película. Nunca es más fácil cuando tiene que irse, pero sé que está haciendo lo que ama.
Como si leyera mi mente, su nombre aparece en la pantalla, no pierdo tiempo en responder.
- Mi amor- una sonrisa se dibuja en mis labios al ver su hermoso rostro.
- Hola cariño, ¿cómo te fue hoy?-
- Cansado, ni siquiera podía concentrarme porque no dejaba de pensar en ti. Te extraño mucho- el anhelo entrelazó su voz como veneno.
Parecía más que exhausto, bolsas debajo de los ojos, cabello en todas direcciones, pero tan hermoso al mismo tiempo.
- Yo también te extraño amor, muchísimo- no pude evitar dejar que mi corazón se rompiera.
- No pasará mucho tiempo hasta que regrese a casa, no puedo esperar para besarte de nuevo- deja escapar un suspiro.
De repente se me ocurre una idea brillante.
- Yo tampoco puedo esperar, ocupas todos mis pensamientos, cada centímetro de ti- con una ligera seducción en mi tono, me recosté en nuestra cama.
- ¿Qué piensas de...?-
Veo que mueve su cuerpo alrededor, configurando su teléfono.
- Cuánto extraño tus labios sobre los míos, tus manos sobre mi cuerpo, las cosas que quiero que me hagas-
Me muerdo el labio ante sus palabras.
- No tienes idea de lo que me haces-
- Dímelo- sus palabras tienen hambre y su interés se despierta.
- Solo pensar en la forma en que devoras mi coño me empapa- suspiré- Cuando me estiras con tu polla, solo la idea podría hacer que me corra ahora mismo- deja escapar un suspiro tembloroso ante la vulgaridad que viene de mí.
Mis pezones ahora estaban erectos, no pude evitar la sensación de hormigueo que se formaba en mi calor al pensar en él.
- Sé una buena chica y tócate por mí- exige tratar de controlar su respiración.
Hago lo que me dice, apoyo mi teléfono frente a mí sobre una almohada, dejo que mi mano se deslice dentro de mis bragas, frotando suavemente mi sensible manojo de nervios.
- Joder, ya me mojaste mucho, Timothée-
Doblo mis rodillas dándole una vista completa de mis dedos moviéndose debajo de la tela. Incluso a través de la pantalla me di cuenta de que tenía los ojos llenos de lujuria, las pupilas dilatadas y la boca abierta.
- No me dejes sola para jugar conmigo mismo- hago un puchero- Tú también- me quito las bragas.
Casi de inmediato estaba descubriendo la mitad inferior de su cuerpo. Su polla ya completamente erecta, me encantó el efecto que tuve en él.
- Dios, tienes un coñito tan bonito- él gime.
Con sus dedos, frota la punta de su pene, usando su pulgar para hacer girar el hilo grueso de líquido preseminal alrededor de él, y luego llevándolos lentamente por su eje.
Si ya estaba mojada antes, verlo hacer eso definitivamente me empapó. Inserto un dedo en mis palpitantes pliegues moviéndome lentamente hacia adentro y hacia afuera, gimiendo su nombre suavemente.
- Así es bebé, muéstrame cuánto me extrañas- se muerde el labio, sin dejar de acariciar suavemente su miembro.
- Me haces sentir tan bien, Timmy, joder, mi coño está tan húmedo- gimo ahora acelerando el ritmo y agregando otro dedo- Extraño mucho tu pene. No puedo esperar para sentir mi coño mojado envolverlo-
Deja escapar un gemido.
- Esa es mi niña buena, jódete por papá- sus manos se acarician cada vez más rápido- Dime de quién es el coño-
- Joder, es tu coño bebé, solo tuyo- siento el nudo en mi estómago formarse con sus palabras, bajo mi mano libre a mi clítoris frotando círculos.
- Estoy a punto de correrme, oh, Dios mío- siento que mis ojos comienzan a rodar hacia atrás.
- Parar ahora- exige y saco ambos dedos con un gemido.
- No dije que pudieras correrte todavía, mon amour- su voz era ronca y llena de sensualidad.
Gimo con una leve frustración y sigo frotando suavemente mi clítoris en círculos, él vuelve a jugar solo con su punta.
- Retrocede un poco, quiero ver tu hermoso rostro cuando te corras-
Otra ola de hormigueo estalla en mí.
- Ahora juega con tu coño-
Mis dos dedos se insertaron de nuevo en mi goteante calor, mi otra mano todavía frotaba mi clítoris, no puedo apartar los ojos de la forma en que se está complaciendo a sí mismo.
- Me encanta tu polla, eres tan jodidamente perfecta- echo mi cabeza hacia atrás en éxtasis.
- Mira lo que me haces, te voy a follar tan fuerte cuando llegue a casa- él gruñe.
Acelera el bombeo de su mano enfocándose más en la punta, su respiración es esporádica, lo que significa que está cerca de su liberación.
Engancho mis dedos hacia arriba golpeando mi punto G y mis piernas tiemblan incontrolablemente. Sus ojos comienzan a cerrarse y se muerde con fuerza el labio inferior tratando de sofocar sus propios gemidos.
- Mírame, mírame cuando te corras para mí- jadeo, ahora cerca de mi propia liberación, él mira a la cámara.
- Joder, vas a hacer que me corra bebé- penas puede pronunciar sus palabras, sin romper nuestro contacto visual.
- Estoy tan cerca, Timothée, Dios, eres tan jodidamente sexy- gimo, dejándome gemir libremente.
- Me estoy corriendo- dejamos escapar simultáneamente.
- Oh, mierda- él gime.
Llevo mi atención a su dura polla que escupe el líquido tibio y pegajoso que tanto extraño dentro de mí.
No puede contener sus fuertes gemidos dejándose liberar, llevándome a mi propio clímax.
- ¡Oh, Dios mío, mierda!- grito
Siento que mis paredes se aprietan alrededor de mis dedos mientras mis propios jugos fluyen de mí hacia la cámara de mi teléfono, mis ojos se vuelven hacia atrás mientras lo aguanto, el líquido aún se libera de mi cuerpo.
- A la mierda Timothée, a la mierda- gimo mientras bajo de lo alto.
Ambos nos sentamos jadeando por un minuto antes de agarrar mi teléfono y limpiarlo.
- Eso fue tan jodidamente caliente, ¿por qué nunca habíamos hecho esto?- respira sin aliento.
- La primera de muchas veces a partir de ahora- nos sonreímos el uno al otro compartiendo una risa.
- Te amo tanto. No puedo esperar para tenerte en mis brazos de verdad- yo digo.
- Te amo. Pronto me tendrás, mi amor, tendré que verte hacer eso en persona- él sonríe, acostándose en su cama.
Sigo su ejemplo y pronto nos quedamos dormidos escuchando la respiración del otro, ese fue el sueño más pacífico que tuve desde que se fue.
