Resumen : Klaus se masturba pensando en ti.
Había sido un día largo. Klaus se quitó los zapatos y se sirvió un vaso de bourbon solo en su habitación. Suspiró en el vaso, imágenes tuyas repitiéndose en su mente brillante y neurótica.
Irrumpiste en el bar como si fueras el dueño del lugar, moviendo las caderas y con los ojos llenos de picardía. Los ojos de gacela que le ofreciste al cantinero, tan hermosos que solo tuvo que ofrecerte un trago de la casa. Esa risita que le diste, el ronroneo de tu voz cuando le agradeciste. Oh, cómo quería que pusieras su nombre.
Se sentó en su sofá de dos plazas. Te había estado observando durante un rato ahora en silencio, solo observando. Le gustaba observar a su presa antes de abalanzarse sobre ella. Estos fueron días de relleno en los que te conoció en pedacitos; cómo le hablabas a la gente, cómo te gustaba vestir, qué acerca tu cuerpo a los hombres que te hablaban bonito y qué te aleja. Lo anotó todo en su mente.
Klaus era un hombre con el mundo sobre sus hombros. Pensar en ti le trajo liberación. Y fue suficiente por ahora, hasta que pueda poner sus manos callosas sobre ti.
Se tragó su bebida, dejando el vaso sobre la mesa frente a él. Su mano se posó en su rodilla, acariciando sus jeans. Imágenes tuyas en la tenue iluminación del bar, el sonido de tu voz mientras seducías a los hombres que te rodeaban, cómo podías verte y sonar con él le prendió fuego en la ingle. Sin pensar, movió sus caderas, suspirando ante el pequeño contacto de su polla y sus jeans.
Giró la cabeza hacia un lado, la misma mano frotando arriba y abajo su muslo mientras se inclinaba más en el asiento. Un pequeño gemido salió de su boca mientras miraba su entrepierna, la evidencia de su excitación a través de sus jeans. Una visión de ti caminando hacia él, tus ojos llenos de una lujuria necesitada que solo él podía satisfacer se derritió en su mente. Su mano libre viajó arriba y abajo de su torso lentamente.
Dejó que su mano permaneciera en su entrepierna, sus dedos solo rozaron sus jeans, burlándose de sí mismo. Él tarareó, su otro ahora descansando sobre uno de sus muslos.
Su mano comenzó a acariciar su entrepierna. El contacto lo hizo gemir. Giró sus caderas en su mano, su boca se abrió de golpe. Otra visión de ti hablándole con dulzura.
'Te ves demasiado guapo para tu propio bien' le dirías' ¿Sabes lo que me estás haciendo en este momento?'
Oh, las cosas que haría Klaus para escuchar tu voz muy cerca de él, el calor de tu aliento en su boca. Se tocó a sí mismo y se tocó de nuevo. Se estaba impacientando.
Su cabeza rodó hacia atrás mientras abría sus jeans. Algunos días no se molestaba en usar ropa interior, y esta noche estaba agradecido de no hacerlo para que su pene pudiera liberarse. Se bajó los vaqueros hasta los tobillos.
Abrió las piernas, se escupió en la mano y comenzó a acariciarse, comenzando lentamente. Su cabeza rodó hacia atrás hasta el borde del sofá de dos plazas. ¿Cómo reaccionarías si te encontraras con su polla por primera vez? ¿Jadearías, un poco asustado por su longitud?¿O sonreirías y le dirías cuánto lo deseabas en ti?
Klaus gimió, con los ojos cerrados y la boca abierta, necesitándote. Tu boca caliente y húmeda. Se burló de su punta, rodando su pulgar alrededor de ella. ¿Te burlarías de él o irías directamente a por él, persiguiendo su orgasmo con tu lengua? Visiones de ti entre sus piernas, mirándolo con esos ojos de gacela, tu boca lamiendo su polla. Klaus aceleró el paso, acariciándose cada vez más rápido.
Sus caderas tartamudearon en su mano. Un sonido junto a un gruñido salió de la boca del híbrido. Él te necesitaba. Necesitaba tus ojos fijos en los suyos, tu boca complaciéndolo como nunca has complacido a ningún otro hombre en tu vida, tus manos sobre su piel. Le ruegas que te folle duro y rápido. Tal vez te gustaban las cosas agradables y lentas, pero si él era honesto, no parecías el tipo. Por la forma en que te comportabas, él podía ver a través de ti. Necesitabas una buena cogida; ser golpeado como si tu vida dependiera de ello.
Gritó Klaus, acercándose más a su orgasmo. Gritó tu nombre en el aire vacío.
- Joder- se quejó- Joder, sí-
Cambió la posición de su asiento abriendo las piernas y quitándose los jeans para poder estirar uno sobre el brazo del sofá. La nueva posición envió inconmensurables sacudidas de placer dentro de él. Solo deseaba que estuvieras allí para experimentarlo con él.
En su mente, gemías sobre su polla, las vibraciones hacían que sus caderas se contrajeran. Estabas meneando la cabeza tan rápido que apenas podía comprenderlo. Tus manos frotaron sus bolas. Gimió tu nombre una y otra vez en su orgasmo.
Sus caderas tartamudearon, y se le escapó un grito ahogado mientras se acariciaba a sí mismo a través de su clímax. Abrió los ojos y vio cómo el semen salía disparado de él, aterrizando en su muslo y en las tablas del piso de abajo. Sus cejas se fruncieron mientras bajaba de su altura, suspirando suavemente
