Aemond Targaryen-La Casa Del Dragon

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Advertencias: 18+,Contra la pared obscenidad, Enemigos a... enemigos con beneficios.

Conocías esa mirada.

Era el destello de un depredador hambriento mirando su próxima comida.

La aguda mirada del ave rapaz antes de abalanzarse sobre el ratón.

No te gustó verlo en la mirada lila de Aemond. O tal vez lo hiciste. Tu traidor corazón tartamudeó dentro de tu caja torácica, tu garganta repentinamente se secó cuando el príncipe Targaryen dio un singular paso lento hacia ti.

- Repitelo- su voz era suave como el terciopelo, desmintiendo la ira en su postura rígida.

Nunca daría un paso atrás en una pelea, levantaste la barbilla en desafío.

- Vas demasiado lejos, príncipe Aemond‐

Dio otro paso en tu dirección. No titubeaste.

- Tomar las Tierras de los Ríos de una manera tan enérgica está por debajo de tu dignidad-

- Y qué- Aemond se estaba acercando mucho ahora, se podía ver la luz de la luna brillando en sus pesta- Sabrías de la dignidad-

El salón de piedra negra estaba vacío a excepción de ustedes dos, candelabros de fuego adornaban las paredes proyectando sombras profundas en los muchos rincones de la habitación. Inclinaste la cabeza hacia arriba cuando Aemond detuvo sus pasos justo en frente de ti, con las manos entrelazadas detrás de la espalda mientras te miraba a la cara esperando tu respuesta.

Te lamiste los labios secos, su ojo siguió el movimiento. Mucho más que tú, pariente.

Con un siseo, Aemond te agarró la barbilla bruscamente con un movimiento demasiado rápido para que lo detuvieras. Tus ojos se abrieron momentáneamente cuando bajó la cara, pensaste por un momento salvaje que te besaría.

- No sabes nada de lo que hablas. Bebes fácilmente de las palabras venenosas que gotean por los pasillos de Rocadragó- sus ojos brillaban con un desenfreno que no habías visto antes en tus muchos encuentros con el príncipe, por cargados de tensión que hubieran estado- Dime, pequeño gorrión, ¿qué les dirás a tus maestros traidores de lo que aprendiste de mis movimientos esta vez? ¿Cómo logré doblegar a los Baratheons y las tierras que se extienden más allá del Dominio para que mi familia reclame legítimamente el Trono de Hierro?-

- ¡Les diré que eres un mentiroso y un cobarde!- apartaste su mano de un golpe, retrocediendo a una postura defensiva mientras retirabas la espada de tu cadera- No hay nada sorprendente en eso- te burlaste cuando la mano de Aemond fue a agarrar el pomo de su propia arma- Lloviendo fuego desde arriba mientras los inocentes perecen abajo-

La hoja plateada de Aemond reflejó la luz de la luna mientras la retiraba lentamente y sostenía la punta casi tocando la tuya.

- Tal es la naturaleza de la guerra. Deberías preguntar a aquellos a los que sirves qué inocencia han extinguido ellos mismos innecesariamente-

Apartaste la duda que sus palabras sembraron, dejando escapar un gruñido de tu boca mientras te abalanzabas sobre él.

Aemond detuvo fácilmente tu golpe, se hizo a un lado mientras perdías el equilibrio y apenas lograste enderezarte antes de caer. El sonido de metal contra metal resonó en el sombrío salón mientras tú y Aemond intercambiaban golpes y bloqueos, cada uno casi logrando dar un golpe.

- ¡Tú comenzaste esta pesadilla sin fin!- le gritaste, la furia enrojeciendo tu rostro mientras él bloqueaba otro ataque oscilante de tu espada- ¡Los eventos de Bastión de Tormentas perseguirán al mundo durante los siglos venideros!-

One shot- Smut ||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora