Capítulo 09

1.8K 113 25
                                    

Maeve.

Olga enloqueció.

Sabia que hablarle de lo que había pasado con el príncipe Aegon era una mala idea y claro que lo fue. Hasta la mujer tomo un cuchillo, amenazando con cortarlo en pedazos, muy molesta y con el coraje recorriendo sus venas.

También se molesto conmigo por no habérselo dicho, pero le tuve que hacer entender que no podía hablar de lo que pasó ya que me hubieran mandado lejos y probablemente nunca más la hubiera vuelto a ver. Ni a ella ni a Amy. 

Le asegure que él no fue lejos conmigo, que fue Aemond quién me salvo y también que él le hizo pasar por un castigo justo del cual no sé exactamente que fue. Pero Aemond me aseguro y me dio su palabra de que lo haría pagar.

Después las dos nos lamentamos ya que realmente no se puede hacer mucho en contra de los príncipes del reino. En primera porque son hombres y en segunda porque son príncipes. Ellos pueden hacer lo que quieran y no tienen limites.

Además lo que paso en la habitación del príncipe ya tenia varias semanas y Olga, por más que odiaba la realidad, yo se lo había hecho saber muy tarde y ella no puede hacer nada.  Así que continuamos cenando y hablando de otros temas, aunque claro, Olga seguía molesta y pensando en ello. 

—Solo espero que el príncipe Aemond no sea como él, Maeve.

Niego.

—Él no es como él.

—Eso no lo sabes. Son hermanos después de todo.

—Si pero los dos son muy diferentes.—aseguro.

—Todos tenemos un lado oscuro, Maeve. Y ese lado oscuro tiende a explotar y mostrarse cuando menos te lo esperas. Y la verdad es que nunca terminas de conocer a una persona. Nunca terminas de conocer los deseos y todo lo malo y bueno que guardan dentro. 

Suelto una larga respiración.

—Si Olga, tienes razón.—le digo suave, jugando con un tenedor entre mis manos.—Pero Aemond ha sido muy bueno conmigo. Y para ser honesta, si lo he visto enojado consigo mismo o incluso conmigo y no se mantiene como el príncipe bueno que acude a mi rescate todo el tiempo, eso porque él tiende a mostrarse de esa manera conmigo y también él ha sido muy... honesto.

Muy honesto en realidad.

—¿O no tienes que ir a abrazar a los chicos que recogen la mierda de caballo?

—No me gusta que toquen lo que es mío. Aunque haya sido un jodido abrazo, aún así no me importa.

—No voy a hacer nada contigo que tú no quieras, Maeve.

—Te prometo, Maeve, que te haré llorar mientras te follo.

—Pero me gusta marcar lo que es mío. Piel por piel.

—No quiero que nadie te escuche, Maeve. Tus gemidos y sonidos son solo para mi. Y mataré a cualquiera que te haya escuchado o visto solo de está forma porqué tú... eres mía.

—¿Tendré que volver a decírtelo todo mientras te amarro a la cama y te haga llorar mientras te follo? ¿Eso es lo que quieres, Maeve? 

Oh Dioses.

—¿Qué te pasa?—me pregunta Olga de repente, sacándome de mis pensamientos.

—¿Hmm?—digo como tonta.

—¿Por qué estás roja?

—Ah no, no, por nada.

Bajo mi mirada y muerdo mis labios, intentando actuar despreocupada cuando la verdad es que no pude controlar mis propios pensamientos imprudentes. ¡Y todavía pienso en eso delante de Olga! ¿¡Qué me pasa!?

𝐆𝐑𝐄𝐘 𝐀𝐍𝐃 𝐁𝐋𝐔𝐄──𝐀𝐄𝐌𝐎𝐍𝐃 𝐓𝐀𝐑𝐆𝐀𝐑𝐘𝐄𝐍.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora