Capítulo 17

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Aemond.

Cuando Lucerys Velaryon me quitó el ojo y mi padre no se preocupo en lo absoluto por mi, sabía que eso era el principio de lo que estaba por venir.

Después de dejar Driftmark y volver a King's Landing recién mutilado, los días se convirtieron en una completa pesadilla para mi.

Apuesto a que mis gritos se escuchaban por toda la Fortaleza.

El corte, todo alrededor de mi ojo perdido y la parte derecha de mi cabeza dolía como el infierno. El Maester decía que eran reflejos del dolor que experimente cuando Lucerys llevo la daga a mi ojo.

Recuerdo exactamente la mirada preocupada de mi madre mientras sostenía mi mano con fuerza, la presencia de Helaena y mi abuelo, así como también a Aegon parado en una esquina apartado sin mencionar ni una sola palabra.

Y claro, mi padre no estuvo presente. Pero mi madre decía que él estaba al tanto de lo que estaba pasando, aunque eso nunca me convenció.

Dure muchas noches sin poder dormir, aún después de beber leche de amapola, el constante dolor agudo no me dejaba tranquilo y mi madre se quedaba despierta junto conmigo, intentando hacer algo para aliviar mi dolor.

Pero nada funcionaba.

Al menos, nada funcionó en el principio.

Después la leche de amapola comenzó a surgir efecto. El dolor no se iba, pero era menos. Hasta que un día finalmente la leche de amapola funciono en mi en su totalidad.

Mi madre y mi abuelo dicen que dormí todo un día, que absolutamente nada me despertaba y finalmente después de tantas semanas desde que me cortaron, madre encontró alivio.

Pero yo estaba lejos de sentir alivio. Sino era el dolor físico, era el mental.

Aún dormido, tuve sueños muy vividos y desagradables de esa noche. Después de reclamar a Vhagar, soñaba un bucle constante exactamente de cuando Lucerys me cortó el ojo.

Sentía el dolor, sentía la sangre desprender de mi rostro, escuchaba el rugido de Vhagar y más que nada soñaba con el rostro de Lucerys y la daga en su mano yendo directamente a mi ojo.

Era un bucle. Y no me podía despertar.

No quise beber la leche de amapola después de eso. El Maester intentó otros remedios para aliviar mi dolor pero ninguno funciono.

Y en mi insistencia por no querer volver a soñar, soportaba el dolor y mi madre lo soportaba junto conmigo.

Ya he olvidado la cuenta de cuantas noches nos quedamos despiertos hasta la Hora del Lobo. El sol comenzaba a salir y ni madre ni yo habíamos descansado tan siquiera unos minutos.

Al día siguiente madre tenía que cancelar o posponer todas sus reuniones por el cansancio. Helaena quería ayudar pero no había nada que ella pudiera hacer por mi. Aegon de repente ya no estaba y mi abuelo manejaba todo en la Fortaleza.

Así fue mi vida un tiempo, cuando recién me mutilaron.

Hasta que por fin pude dormir apropiadamente sin sentir ningún dolor y nunca me había sentido tan aliviado en mi vida.

Los episodios comenzaron a ser menos constantes y a medida que fui creciendo, comenzaron a sucederme una vez cada ciertas lunas. Ya no era cosa de todos los días.

Pero mi resentimiento, dolor y coraje quedó siempre impregnado en mi padre. Y también en Lucerys Velaryon.

O debería decir... Strong.

Ahora, con la noticia de Corlys Velaryon herido y sobre la sucesión de Driftmark, mi media hermana vuelve con la mitad de sus hijos bastardos a reclamar el puesto para Lucerys.

𝐆𝐑𝐄𝐘 𝐀𝐍𝐃 𝐁𝐋𝐔𝐄──𝐀𝐄𝐌𝐎𝐍𝐃 𝐓𝐀𝐑𝐆𝐀𝐑𝐘𝐄𝐍.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora