Capítulo 6. El Reencuentro

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Sara había pasado una noche pésima, sin poder conciliar el sueño, el solo hecho de pensar que su amor habría leído el mensaje pero no respondia el mismo le partía en mil pedazos sus corazón, no entendía que había pasado.

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Cerca de las 7 de la mañana, una vez se levanta de su cama lo primero que hace es mirar su celular, y allí estaba el mensaje que tanto anhelaba leer, sentía como su corazón latía a mil por horas, la emoción invadia todo su cuerpo.

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- Buenos dias mi niño bonito .
- Buenos dias mi niña bonita. Que tengas un día maravilloso.
- Muchas gracias. ¿Que harás hoy?
- Tengo que ir a la oficina pero prometo llegar temprano. ¿Y tu? ¿Que harás?
- Ya se acerca la feria y necesito tener todo en orden, así que estaré en la caballerizas ayudando con el entrenamiento de los caballos.
- Por favor te cuidas, y nos vemos luego del almuerzo en el lugar de siempre. ¿Te parece?
- OK, perfecto. Te Extraño Franco Reyes.
- Yo También Te Extraño Sara Elizondo. Nos vemos ahora.

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Luego de esta conversación por mensajes de texto ambos se disponían  a realizar sus labores del día.

Franco asistiría a las oficinas para un par de reuniones. Sara por su parte amaba cuando se acercaba la feria, por eso su esmero para entrenar los caballos, le encantaba que a la hacienda Elizondo siempre le fuese bien.

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Franco Regresa a casa luego de terminar los asuntos en la oficina, viene lleno de emoción  pues sabía que iría a ver a su gran amor, quien lo recibe al llegar es Quintina.

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- ¿va a comer Don Franquito?. Cuestiona ella.
- Si Quintina por favor. Voy a comer antes de salir a dar una vuelta a los alrededores.
- ¿Vas a montar Flaco? Pregunta Oscar mientras se acerca al comedor.
- Si Oscar, ya casi son las ferias y quiero ver que todo este en orden, no podemos dejarle todo el trabajo a Juan. Menciona Franco.
- Si es cierto, trataré de terminar temprano las reuniones y vendré para ayudar también. Dice Oscar.
- OK hermanito que te valla bien.
- Don Franquito su comida esta lista.
- Gracias Quintina.

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Termina de comer y se retira a las caballerizas a pedir que le preparen un caballo y una vez le entregan el ejemplar lo manta y sale a ver a su niña bonita.

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En la hacienda Elizondo Sarita procede a entrar a la casa y Eva le pregunta:

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- Señorita Sarita ¿quiere comer?
- No Eva, solo tomaré un jugo, se me hace tarde.
- ¿Tarde para que hermana? Se escucha preguntar a Norma mientras baja las escaleras.
- Hoy no pude salir a dar la respectiva inspección en la mañana por los linderos, pues iré a eso horita. Comenta Sara un poco nerviosa.
- Ah OK. Porfa no tardes mucho hermana para que no te caiga la noche.
- Tranquila hermana regreso pronto.

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Sale de la casa rumbo a las caballerizas y le pide a Olegario que le prepare un caballo, cuando ya se lo entregan Sara sale emocionada sabiendo que al lugar que iba la llenaría plenamente más que todo por la persona que vería.

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Ya ambos en camino a su encuentro en donde siempre asistían, una pequeña roca que tenía una vista maravillosa.

El primero en llegar es Franco, al poco tiempo escucha el galopar de un caballo y al mirar al horizonte era ella, la mujer que con sólo una mirada era capaz de mover cada fibra de su cuerpo.

Al llegar y encontrarse cara a cara, Franco como todo un caballero ayuda a Sara a bajar del caballo tomándola de la cintura mientras ella entrelasaba sus manos por el cuello de Franco. En un momento mientras ella bajaba sus miradas se cruzaron haciendo conexión inmediata, sin necesidad de palabra alguna, como siempre pasaba, se adentraba en su mundo y olvidaban todo lo que pasaba alrededor.

Luego de varios minutos, compenetrados en esas miradas que se decían que se necesitaban más que nunca se abrazan profundamente, que cada uno siente cuanto necesito al otro. De repente Franco termina el abrazo y sutilmente le toma la cara, ella hace lo mismo.

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- Te extrañé Sara
- Yo también Franco

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En ambos rodaban lágrimas por sus mejillas y se funden en un beso que los devuelve a los dos a la vida, que les hizo entender que ambos se tienen el uno al otro, que nada puede contra ellos.

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- Sara quería decirte algo, de repente murmura Franco.
- Si claro, se que tenemos cosas que hablar.
- Primero quería decirte que siento mucho lo de tu padre, ese día solo quería abrazarte que supieras que estaba contigo, pero entendía que en ese momento no se podía. Y aparte que todo lo que dijo tu madre me dolió en el alma, jurame que tú no piensas lo mismo por favor.
- Franco mírame, se que ese día tu necesitabas un abrazo tanto como yo, también siento mucho lo de tu hermana se que para ti y tus hermanos es una perdida que les destrozo el corazón, estoy y estaré siempre para ti, se que mi madre dijo muchas cosas en ese momento pero son cosas del dolor del momento, yo estoy aquí y es lo que importa. Te amo
- Te amo Sara Elizondo.

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Ruedan lágrimas por las mejillas de ambos y se funden nuevamente en un beso que se intensifica cada vez más,  él  empieza bajar su mano, realizando suaves caricias mientras baja hasta su cintura, ella siente como su cuerpo se estremece de solo sentir que él está solo para ella, en ese momento Sara realiza el mismo movimiento y baja una de sus manos realizando suaves  caricias en Franco, el cual hace que su corazón se acelere a mil por horas.

En ese momento Sara abre lentamente sus ojos y le murmura:

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- No es momento aún Franco, te amo pero aun no
- Tranquila cuando tu decidas, te amo, gracias por estar para mi.
- Júrame que por eso no habrá problemas. Dice Sara en tono de preocupación.
- Sara yo estoy contigo porque te amo a ti, porque me conquistó tu forma de ser, tu manera tan especial de estar para mi, tu esencia, te has convertido en la persona más especial para mi.
- Gracias mi niño bonito, tus palabras son el alivio más grande para mi Corazón, te amo.

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