Capítulo 27 - ACUARIO PARTE 1

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Miranda se encontraba recostada en el asiento de atrás e iban rumbo a su departamento.

Después de la ceremonia de entrega de medallas, habían ido a cenar a un restaurante italiano que Javiera había sugerido por su buena sazón, entre el cuestionario que su pequeña hija le hizo a la morena y las rebanadas de pizza que se comió, quedó poco a poco sin energía hasta quedar sobre los brazos de la pelirroja que la llevo al coche.

La despedida con Javiera fue muy rápida, se notaba que la morena se quedó con ganas de decirle algo más, pero lo que salió de sus labios fue un: —"Por favor, avísame cuando estén en casa".

La doctora lo agradeció, por más que esa noche había sido increíblemente mágica para todas, no quería confundir las cosas y mucho menos acelerarlas. Mañana hablaría con su hija y tendría las primeras reacciones respecto al encuentro con su otra mami, en eso se quería enfocar, eso era lo importante.

Llegaron al estacionamiento de su edificio y con mucho cuidado sacó a Miranda y la llevo cargando al interior, el guardia ayudó a abrirle la puerta en cuanto la vio.

— Sra. Betancourt.— dijo el vigilante mientras la ayudaba a pedir el ascensor.— El señor Dante tiene un rato esperándolas, me pidió que lo dejara esperar en su piso así que se lo encontrará allá.

Flavia volteó a verlo con la duda reflejada en la frente, "¿Por qué está aquí Dante?".

— Ok muchas gracias, solo un favor a partir de hoy si el señor pide subir háganmelo saber primero. — dijo la pelirroja  mientras entraba al ascensor.— Que pase una bonita noche.

—Copiado señora, Igualmente señora, buenas noches.

Y las puertas del ascensor se cerraron.

Flavia llegó a su piso con su niña en brazos, efectivamente Dante se encontraba sentado en la puerta de su departamento.

Lo movió un poco con el pie.

— Dante... ¡Dante!. — dijo la pelirroja  en un tono no tan alto porque no quería despertar a su hija.

El hombre poco a poco abrió los ojos, volteo a verla y enseguida se paró.

—¿Dónde han estado?.— dijo mientras aceptaba a la niña para cargarla en lo que Flavia abría la puerta.— Llevo horas esperándolas.

— ¿Por qué no me llamaste?.— dijo la pelirroja abriendo la puerta.

— ¡Te marque como 10 veces Flavia !

—¿Mami?.— se escuchó en un susurro, era Miranda  que se había despertado por el volumen de Dante.

— Aquí estoy mi amor.— dijo volteando a ver de manera fulminante al hombre.— Vamos a la cama para que duermas bien, ¿te parece?.

La pequeña solo asintió con la cabeza y Flavia la tomó del brazo.

La mirada que le dio a Dante  era clara, debía de esperarla ahí mismo, en la puerta.

Una vez que Flavia consiguió ponerle el pijama a Miranda y la metió a la cama, fue por su celular a la bolsa antes de dirigirse a la entrada del departamento.

Era verdad, tenía 12 llamas perdidas de Dante .

—Perdón Dante .— dijo la pelirroja  aún en un tono de volumen bajo.— No escuché el teléfono.

— Pues ¿qué estabas haciendo?.— dijo el hombre que la estaba observando.— ¿De dónde vienen que están tan elegantes?

Flavia le había comentado sobre la entrega de medallas y el encuentro entre Miranda y Javiera, a su madre y a Fernanda, pero niuna sola palabra a Dante  porque no sabía cómo lo podría tomar.

La teniente [ Flaviera]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora