Capítulo 40 - DEPARTAMENTO

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Se encontraba en el baño, estaba lavándose la cara cuando escuchó que alguien más entraba. Ni siquiera tuvo oportunidad de voltear para ver de quién se trataba porque en segundos empezó asentir como Javiera le besaba el hombro.

Colocó ambas manos en el lavamanos y dejó que su cuerpo disfrutará de las caricias que la morena le estaban dando. Las manos de la ojiverde se abrieron paso por sus muslos y empezaron a subir, levantando con ellas la tela de su bata negra y apretándole el trasero.

Flavia hizo su cabeza para un lado, dejando expuesto su cuello el cual la teniente atacó inmediatamente con sus labios. La lengua llegó a los inicios de su mandíbula y antes de empezar el viaje de regresó dijo.

— Buenos días Flavia.
La pelirroja se estremeció al escucharla, su voz era de deseo, Javiera  había amanecido excitada.

Se giró para que quedaran frente afrente. Sus brazos rodearon el cuello de la ojiverde y la atrajo a su cuerpo.

— Buenos días Javiera .

— Oh dios, amo tu voz.— contestó la morena antes de empezar a besarla.

Sus labios se movían rápidos, las lenguas no esperaron ningún segundo en acariciarse mutuamente. Las respiraciones de ambas se empezaban a agitar, era un beso que gritaba la necesidad del contacto de su ser amado.

— Vente a vivir con nosotras para siempre. — Javiera se quedó callada solamente viendo a Flavia, la había dejado sin palabras.

— ¡Mamiiiii!.— se escuchó.— ¿Estas en el baño? Quiero hacer del 1. Era Miranda.

— Javiera ...— susurro.— Tu hija...

— ¿Mami?.— Miranda  otra vez, ahora se escuchaba del otro lado de la puerta.— ¡No puedo abrir!

— ¡Javiera !.— dijo y con ambas manos la empujo de manera suave para separarla de ella.
La mirada de Javiera  era una combinación entre deseo y confusión..

— Miranda  esta allá afuera pidiendo usar el baño.— dijo sin esperar a qué le preguntara, su semblante cambio en seguida.

— Perdón Flavia , no la escuche.

— contestó separando sus manos de la cintura de la doctora.

— Si, ya me di cuenta te dejé en shock.— dijo antes de darle un beso en la mejilla.— Yo también me muero por estar contigo.— añadió al verle la mirada de decepción a su amor.— Hoy iremos a ver casas y quizás ya puedas opinar si te parece alguna.

Javiera  solo movió la cabeza de arriba hacía abajo aceptando
Flavia  le dio un beso en los labios antes de ir a abrir la puerta a su hija.

La ojiverde soltó un gran suspiro y volteó para ver a Miranda  con su cara de angustia porque realmente necesitaba usar el baño. Caminó hacia ella y la despeinó un poco antes de salir de ahí.

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Había pasado un mes desde que Javiera empezó a quedarse a dormir con Flavia  y Miranda  una que otra noche. Y no es que no hayan tenido intimidad, la habían tenido como 3 veces, pero definitivamente no las veces que a ambas les hubiera gustado. El tenerse ahora más seguido y compartir más tiempo juntas había generado demasiadas tentaciones que a veces simplemente era imposible complacer.

Ver a Flavia  por las mañanas, con el cabello despeinado, vestida con esa bata negra que se acoplaba perfectamente a su cuerpo, el escote amplio y sus hermosas piernas.

Definitivamente verla arreglarse se había convertido en una de sus nuevos hobbies en la vida. Verla vestirse, peinarse, maquillarse, todo lo que hacía era hermoso y sexy... A diferencia de la pelirroja , ella no podía ocultar el estar excitada, lo cual era una frustración que a la doctora le generaba risa, disfrutaba de saber cómo prendía a la teniente sin ni siquiera proponérselo.

La teniente [ Flaviera]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora