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el escenario en las calles de tokyo al anochecer no era más que una congestión que estaba poniendo a draken con un humor de perros. se sentía impaciente, preocupado y confuso con tantas cosas corriendo por su cabeza.
el rostro de robin al advertirle de la situación alrededor de sus amigos le sembró la corazonada de que no mentía, pero su corazón afligido quiso pensar en la probabilidad de que le estuviera jugando alguna broma de mal gusto para amargarle el día y que chifuyu y kazutora estuvieran a salvo de cualquier peligro.
soltó una maldición y miró a su alrededor antes de comenzar a meterse entre los autos para seguir avanzando y salir del tráfico de una buena vez. recibió algunos insultos por parte de los conductores de los vehículos de cuatro ruedas, pero no le dio importancia y se abrió camino a la avenida que lo llevaría hasta su destino.
estacionó la moto frente al complejo residencial donde la pareja vivía hace ya unos años y fue directamente hasta su departamento por las escaleras, sin perder tiempo en esperar el ascensor. pulsó el botón del timbre con cierto nerviosismo y pudo reconocer la voz de hanemiya gritando que él atendería. sin embargo, quien realmente abrió la puerta fue chifuyu y con un aspecto totalmente descompuesto que no hizo más que otorgarle toda la verdad del mundo al aviso de la akashi.
—draken... hola.— saludó el más bajito, haciéndose a un lado para invitarlo a pasar. —¿cómo estás?—
al del tatuaje en la sien se le secó la garganta al verlo ojeroso y pálido así que tuvo que obligarse a sí mismo a contestar y manejar la situación de la mejor manera posible.
—la comida me sentó mal. pedí una pizza antes de que tora llegara y no he hecho más que vomitar.— respondió el ojiverde haciendo una mueca. —me veo del asco, ¿no?—
el dragón permaneció en silencio un instante, con las palabras de robin resonando en su cabeza como un estruendo inquietante: « ¿matsuno chifuyu está extrañamente enfermo después del almuerzo y justo un día antes de acompañar a su novio al reformatorio? »
—¿amor?—
la voz de kazutora se hizo presente desde el interior de la vivienda, anclando a ryuguji de vuelta a la realidad y haciéndolo pensar con rapidez alguna excusa que pudiera explicar su repentina visita justo en el momento que chifuyu se había descompuesto. no podía decirles la verdadera razón que había llevado ahí y alarmarlos o empeorar el estado de su amigo.
el tigre no tardó en aparecer en el recibidor con ropa suelta y descalzo. sus ojos se posaron momentáneamente en draken con un poco de tensión y extrañeza antes de llevarlos a su novio y suavizar su mirada.
