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las piernas de robin estaban encadenadas alrededor de la cintura de draken mientras este la sujetaba por las caderas para hundirse en ella una y otra vez, lamiéndole los senos en cada embestida. la pelirosa respondía con gemidos y arañazos en sus hombros bajo la tela de su camisa abierta, haciéndole saber cuanto le gustaba sentir su polla y su lengua en su cuerpo.
le era imposible no rendirse ante él, pidiéndole más, incluso si se daba ligeros cabezazos con el espejo del tocador cada vez que él arremetía contra su centro. le encantaba como la tocaba, como la poseía y como la arrastraba lentamente al abismo.
sus bragas estaban hechas a un lado y su precioso vestido se había convertido en una simple tela arrugada alrededor de su abdomen gracias a las manos del pelinegro, subiéndolo de sus piernas y bajándolo de sus pechos hasta dejarlos expuestos para su deleite, pero no le importaba en lo más mínimo. estaba extasiada siendo un desastre, aunque ryuguji no se quedaba atrás pues a su camisa desabotonada se sumaba su cabello suelto y los pantalones aún puestos, pero desarreglados con la cremallera y los boxers a medio bajar.
la mezclilla le apretaba los muslos y rozaba los de la akashi en cada movimiento que hacía, pero definitivamente no eran un obstáculo para que follarla como solo él sabía y podía hacerlo.
dejando sus pezones sensibles y húmedos por un momento, sus manos descendieron de sus caderas hasta sus rodillas, obligándola a abrir las piernas para tener libertad de aumentar su ritmo hasta golpear su punto sagrado y sonrió cuando la vio inclinar la cabeza hacia atrás y soltar una maldición casi lloricosa. estaba cerca, podía leerlo en sus gestos y gemidos de memoria.
sin detenerse, draken unió sus bocas en un beso candente en el que sus lenguas se encontraron de forma morbosa y casi desesperada antes de que ambos cedieran al clímax.
sus frentes permanecieron unidas después de la intensa sacudida de sus cuerpos y en su cercanía jadeaban y sonreían extasiados de haber tocado el paraíso juntos una vez más... ignorando la peligrosidad inminente de sus sentimientos.
así mismo, lejos de su placer al interior del camarín, el bar había vuelto a funcionar con completa normalidad: la música sonaba fuerte y el consumo de sustancias estaba generando ganancias por montones e incluso mitsuya, inui y kazutora seguían en medio de la fiesta, ya que no podían marcharse dejando a draken sospechosamente solo y menos sin saber que tal le había ido con la pelirosa después de la tensa situación ocurrida, pero su tardanza les daba la idea de que las cosas estaban yendo bien entre ambos.
la demora también provocó que el de cabello bicolor apoyara su mentón en su mano y diera un suspiro mientras delineaba de borde de su vaso con su dedo distraídamente.
