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cuando la pasión cesó, robin comenzó a caer dormida en el escritorio, presa del cansancio de varios orgasmos y embriagada de aquellas caricias que draken sabía darle tan bien después de hacerla acabar.
se rindió al sueño sin darse cuenta y fue entonces cuando el chico la llevó entre sus brazos hasta el sofá del taller para dejarla descansar. arropó su cuerpo desnudo con su chaqueta negra y al sentir el suyo aún cálido, se quedó a medio vestir, usando solo pantalones y calcetines.
sin ordenar su cabello suelto -ya que desconocía el paradero de su liga gracias a las manos inquietas de la akashi-, se sentó en el banquito que usaba para trabajar en las motos y cogió la manzana que había comprado antes para comerla, pero sintiendo que la fruta ya no le bastaba para saciarlo ni en lo más mínimo. estaba hambriento y sonrió inconscientemente a saber el por qué.
había sido una sesión de sexo intenso y desatado en el que ambos habían llegado a sus limites perdidos en el cuerpo del otro de una forma consumidora, casi adictiva... draken sentía su deseo de estar entre sus piernas transformarse en una necesidad constante y robin estaba completamente seducida al arte que sus manos y boca podían hacer en su piel.
ryuguji la miró sin perder detalle alguno durante un largo tiempo, observando con dedicación desde su melena regada entre los cojines hasta la bonita pedicure de sus pies. era la primera vez que la veía dormida y le gustó admirarla de esa manera, viéndola relajada, con la respiración lenta y con el rostro menos serio, menos sarcástico... y aunque le encantaba el poder que ella desprendía con un simple gesto, le pareció igual de atractivo lo hermosa y natural que lucía en calma y tranquilidad.
podía reconocerse así mismo lo mucho que le gustaba su fiereza y lo desafiante que era, pero... en aquellos momentos en los que parecía más humana y un poco más dulce... su cabeza se rompía por completo entre el desconcierto e interés que le causaba su dualidad.
su atención se acentuó un poco más en ella al verla removerse y escucharla soltar un quejido bajito antes de abrir los ojos, parpadeando con confusión mientras miraba alrededor con un poco de duda pues no recordaba haber llegado allí, pero adivinó que su amante había tenido la gentileza de llevarla y cubrirla con la prenda que tenía encima pues ya le había demostrado antes ser bastante atento.
—¿la tienda está cerrada aún?— preguntó adormecida al ver la cortina abajo e intentando ambientarse un poco más.
él sonrió. —¿acaso querías que la abriera contigo desnuda en el sofá?—
robin soltó una risita y draken solo pudo pensar en lo hermosa que se veía así.
—después de todo...— dijo ella, incorporándose y sujetando la chaqueta sobre sus pechos. —¿sigues molesto conmigo?—
