𝙃𝙖𝙧𝙧𝘺 𝘗𝘰𝙩𝙩𝘦𝘳 : ᵐᵃˡᵉʳᵉᵃᵈᵉʳ•

Severus Snape.

Dalton Vern era un hijo mestizo, su padre era de sangre pura y su madre muggle, si bien no tenía una relación cercana con ellos así los quería, les tenía afecto y aunque no lo decía de verdad los amaba.

Dalton ingreso a Hogwarts con muchas ilusiones, sueños que solo el entendía, amaba a los animales y algo impresionante y caluroso en su pecho fue el entrar a Huffelpuf, estaba realmente extasiado pues uno de sus escritores favoritos sobre criaturas mágicas había estado en esa misma casa.

- ¿Huffelpuf? - preguntó su madre sin entender mucho.

- Yo pensé que serias Revenclaw o Gryffindor, en la familia somos muy pocos los Huffelpuf - respondió su padre sin dejar de ver el periódico.

- Es genial, volveré y estaré con gente maravillosa - canturreo en de cabello castaño - será genial.

Oh valla mentira, genial sus bolas, los siguientes tres años soporto a los merodeadores y a sus típicas peleas y bromas, qué si no eran para el le enfurecian sin razón, tal vez porque tenía el carácter impulsivo de su padre y protector de su madre, una pareja y combinación algo especial.

- Maldita sea - murmuró en clase cuando la poción callo un poco sobre su túnica.

- Ten - extendió un pañuelo una chica de cabello rojizo - Soy Lili dijo.

- Lo se, no tenemos muchas clases en común cierto? - continuó mientras limpiaba la tela que caía en su abdomen.

- Cierto - respondió ella amable, tenía ojos lindos, eran expectantes y parecía tener un brillo a todo lo que veía, incluso si estaba viendo directo a Dalton.

Las semanas después, antes de otoño, Dalton decidió seguir hablando con la chica que de vez en cuando tenía pegado a un chico, un poco más alto y de pelo negro, tenía ojeras pero parecía un buen muchacho.

- Snape - dijo de la nada Dalton.

- Vern - respondió con una mirada algo perdida.

- Se lo que le dijiste a Lili - por primera vez estaban cruzando palabras más que que un hola y adiós  - no te preocupes, no me molesta lo que dijiste - continuó y se sentó al lado de él de pelo largo quien estaba abajo de unas escaleras, escondido.

- Cómo dices eso? Seguro Lili me odiara siempre y ni hablar de Potter, seguro ellos serán la mejor pareja - se quejaba Severus.

- Bueno, Potter es estúpido y ella no, supongo que... Tal vez no es una vida decidida Snape - dijo de la nada.

- Y entonces porque la mía decidió ser una mierda, por qué cada que despierto solo pienso en que algún día esa a la que todos temen vendrá por mi pero yo seré feliz, muy poético no crees? Es estúpido y no puedo hac-

Snape miro a Vern mientras este lo observaba, sentía esa mirada a su lado y entonces noto que los ojos de este eran color miel, su cabello era ondulado y caía sobre sus orejas, era largo, no tanto como el suyo pero lo era y sus manos, una de ellas posada sobre su pierna eran delicadas.

- Ven en Navidad a mi casa, yo también soy un sangre sucia por así decirlo pero te prometo que si llegas a decírmelo jamás de enojaría contigo - respondió cuando noto que Severus tenía un ligero brillo en sus ojos - cuando dices eso, no me molesta, tampoco me gusta pero ni aunque quisieras lograrías lastimarme Snape, no te diré cosas melosas pero por favor no te llenes de culpa por cosas en las que no puedes demandar por ti mismo, tu vida no está decidida Severus, yo esto decidiendo entrar en ella y eso no me hace daño, así que por favor no vuelvas a penar de esa manera y de ser así, por favor cuenta conmigo de necesitarlo.