Gemelos Weasley.

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Demian Carrow, un chico perteneciente a la casa Slytherin de cabello oscuro y ojos verdes era lo que llamaban la oveja negra de la familia.

Demian iba en contra de los pensamientos de sus familiares, el no pensaba en la jerarquía de sangres o las clases sociales, el pensaba que todos existían en un punto de partida y al final tal vez recorrer más que otro o incluso siendo dos pasos en el espacio y creación eran necesarios, solo creía en aquello que veía y sentía, no en reglas inhumanas para personas mágicas, esto lo llevó a ser uno de los excluidos en su casa, en Slytherin lo veían y tachaban de raro, aunque eso nunca le importo pues siguió conviviendo con "sangres sucia" o mestiza.

Un día, era el encuentro de Slytherin contra Gryffindor en quidditch, el chico de ojos verdes decidió acompañar a su amigo, Ron Weasley, quien le había rogado por ir ya que Demian no conocía mucho de deportes.

- Que bueno de decidiste venir - dijo Ron.

- ¿Decidí?, Ron pasaste toda una semana rogando que viniera o le dirías a Draco Malfoy que me gusta - contestó Demian mientras se sentaba en la tribuna de los Gryffindor - y eso es una mentira.

- Si si, todo para que veas un buen partido mi hermano - respondió contento.

El partido comenzó como lo más normal del mundo mágico, Gryffindor iba a bajo por 10 puntos, Demian sólo veía casualmente mientras le tomaba atención a todos en la tribuna, algunos Gryffindor miraban emocionados, estaban eufóricos y gritaban fuerte a los jugadores, varios apoyaban a los hermanos de Ron, los gemelos eran buenos en el Quidditch, se notaba a kilómetros pero Demian no estaba interesado en esas cosas, le parecían ocurridas y en ocasiones incómodas.

Después del partido Ron llevó a su amigo detrás de vestidores, Gryffindor había ganado el partido y quería celebrar con sus hermanos y amigo, Harry, quien estaba entusiasmado y gritaba emocionado junto sus integrantes de equipo, valla que el ambiente era alucinante para Demian quien comenzaba a sudar por su nuca, algo nervioso.

- ¡Dem! - grito Hermione al verlo en la puerta.

- Grenger - dijo con un poco de entusiasmo.

- ¿En Gryffindor?, ¿qué haces por acá? - preguntó la de pelo revoltoso.

- Bueno, en realidad se lo debo a Ron, yo planeaba estudiar en la biblioteca - respondió mientras miraba a los lados, buscando al mencionado.

- No lo busques, debe estar con George y Fred, vamos - dijo Hermione al tomar su mano y guiarse a los hermanos entre la gente.

No podía sentirse más fuera de lugar, todos tenían uniformes rojos con dorado, era una multitud enorme al rededor de los gemelos Weasley quienes habían sido de mucha importancia para ganar el partido, mientras Demian era el punto verde con plateado entre todos ellos, algunos lo miraban extraño y otros hacían bullicio en susurros a sus espaldas, se sentía demasiado incómodo, así que sin poder explicarse, soltó la mano de su amiga y salió corriendo del lugar, la respiración empezaba a acelerarse y parecía que los pasillos del castillo eran tan angostos que apenas podía pasar por ellos, agradecía y maldecia que los pasillos de Slytherin estuvieran desolados, esperaba encontrar a su mejor amigo pero fue un estúpido pensamiento pues entró a la sala común en el momento menos indicado, sintiéndose peor y maldecir al pensar ser un  mal tercio cuando observó a Draco Malfoy quuen besaba a una de sus compañeras, claro, eso lo había hecho sentir que su estómago volvía a la garganta y de nuevo, con la poca fuerza que tenía en las piernas, corrió a los baños.

Paso al rededor de 4 horas de esa noche devolviendo su estómago, sus manos temblaban y su garganta ardía, sus ojos estaban cerrados para evitar el mareo al abrirlos, si se era sincero, odiaba la estúpida ansiedad social, se sentía tan estúpido al vomitar por algo tan "pequeño", seguro los Gryffindor estaban riendo aún, festejando que llegaron a finales contra Revenclaw y el, un Slytherin llorando en los baños con el miedo que alguien entrara por las puertas enormes del lugar.

𝙃𝙖𝙧𝙧𝘺 𝘗𝘰𝙩𝙩𝘦𝘳 : ᵐᵃˡᵉʳᵉᵃᵈᵉʳ•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora