Capítulo 51: Subiendo la montaña otra vez (1)
Esta vez, fueron como de costumbre a la caverna donde solo se podía ver un trozo de cielo. Las trampas que habían puesto la última vez todavía estaban allí. Todas las trampas habían atrapado algo y Mo Beihan las recogió en el camino. Luego fue a echar un vistazo al área que rodea la caverna.
Cuando llegaron a la caverna, Mo Beihan dejó sus cosas y le dijo a Gu Qingyao: “Miraré por los alrededores. Te quedas por aquí como siempre, ¿entendido?
Gu Qingyao sonrió, “Lo sé, esta no es nuestra primera vez aquí. Iré allí a recoger setas. No me alejaré demasiado.
Mo Beihan la miró y se fue.
El sabor de los bollos de carne que había comido esa mañana aún permanecía en su boca. ¿Mo Beihan sospechaba cada vez más de dónde obtenía Yao Yao estos bollos de carne?
Eran demasiado similares a los que había comido en su vida anterior.
Estaban hechos de harina blanca pura y eran suaves, con una piel fina. El relleno de carne había sido sazonado con varios condimentos. En esta era, la comida era escasa y las condiciones de vida de la familia Gu eran malas.
Además, el estado de clase de la familia Gu era demasiado pobre. Necesitaban mantener un perfil bajo. Gu Ruoqing y Zhang Xiaohui eran codiciosos y perezosos. Yao Yao definitivamente no haría bollos de carne tan maravillosos en casa. Porque si la descubrieran, los dos pelearían para conseguir los bollos y luego exigirían más.
Eso crearía muchos problemas.
En esta era, el grano fino era demasiado valioso. Incluso los más ricos no usarían harina blanca de tan alta calidad para hacer bollos.
¿Quizás hubo algunos cambios en esta vida y el espacio intermedio de la niña ya había aparecido?
¿Se las había arreglado para plantar y cosechar el trigo y convertirlo en harina tan rápidamente?
Eso tampoco podría ser cierto. Los hábitos de toda una vida no cambiaron de la noche a la mañana. En estos tiempos, todos, ricos o pobres, se caracterizaban por el valor que tenían de la comida.
¡Las acciones de Yao Yao fueron demasiado extraordinarias!
En cambio, ella estaba actuando un poco como él.
Había visto la prosperidad de años posteriores y sabía que tenía la capacidad de ganarse bien la vida. Así que no le importaba gastar cualquier cantidad de dinero en ella. Pero Yao Yao...
Mo Beihan dejó a un lado sus pensamientos y se concentró en la caza.
Mientras tanto, Gu Qingyao todavía estaba en la caverna. Miró las setas de su último viaje que había dejado secar sobre dos grandes rocas. Estaban casi secos, pero no del todo.
La caverna estaba bastante bien ventilada, pero no muy soleada.
Gu Qingyao puso algunos de los hongos en su espacio intermedio, luego los sacó de la caverna para tomar el sol en la hierba afuera. El sol brillaba intensamente hoy. Un día al sol causaría mucha evaporación.
El pescado seco tampoco se había secado por completo, por lo que los movió afuera al sol.
Después de terminar sus tareas, tomó su canasta y su bolsa de tela y se dirigió al sembradío de hongos en el bosque.
Después de unos días, los champiñones habían crecido bastante. Estaban creciendo en grupos como de costumbre, y estaban por todas partes. Había lloviznado la noche anterior y los hongos habían crecido aún más rápido.
