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A veces las cosas viejas regresan. ―――――――――――――――――――
―. 𝙾𝚖𝚗𝚒𝚜𝚌𝚒𝚎𝚗𝚝𝚎♥
Katherine casi da un paso hacia tras cuando Diego encendió las velas, no se esperaba que fueran velas de bengala.
Mientras tanto, Allison sí que retrocedió, tragando fuerte y viendo con atención las dos velas que se situaban en el segundo piso del pequeño pastel de chocolate.
Realmente número tres había pasado mucho miedo el día que ella y Katherine quedaron encerradas con un incendio dentro.
Aunque no había pasado tanto tiempo consciente dentro, ese día sabía que no lo superaría tan rápido.
—Ahora, pide tu deseo —Katherine lo miró incrédula—. Lo puedes pedir en tu mente mientras cierras tus ojos, no es necesario que lo hagas en voz alta.
La pelinegra rodó los ojos, en realidad eso del deseo le parecía algo absurdo, pero para no hacer que Ben le diera otra de sus charlas, le hizo caso a Diego.
Se quedó por unos segundos callada, mientras pensaba en que desear. En parte también era para que los demás creyeran que se lo tomaba en serio.
Después de divagar por un momento, fingiendo que lo meditaba con atención, inconscientemente su propia voz apareció por su mente pidiendo algo.
«Deseo dejar de ser débil, deseo saber quienes mataron a mis padres»
Abrió los ojos de inmediato, encontrándose con la mirada de Vanya que le señalaba las velas que no eran de bengala, instándola a soplarlas.
Con un poco de sorpresa por el deseo espontáneo, soltó el aire almacenado en su boca, apagando las velas.
Los chicos empezaron a aplaudir para ella, a quien aún le sudaban las manos desde que le empezaron a cantar el feliz cumpleaños.
Luther y Allison se prepararon tras la mesa para cortar el pastel, dándole su porción a cada hermano.
—Ya que tú eres la cumpleañera, debes de llevar el chocolate más grande. —le dijo el rubio, refiriéndose a algunas porciones de barras de chocolate que estaban en los bordes.
Katherine no pudo evitar sonreír divertida antes los reproches de Klaus, pero a pesar de sus insistencias, no le concedió su trozo de chocolate.
