25| Pruebas de la vida

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"Eres extraordinaria

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"Eres extraordinaria."
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(10 de octubre de 2003)
. Omnisciente

A veces la vida te pone pruebas, esa clase de obstáculos que te hacen dudar sobre si lo que estabas haciendo está bien o si lo que viene después de eso vale la pena.

Y si ese algo merece la pena, la prueba nunca es fácil. Pero a pesar de eso, sigues luchando por superarla, todo por lo que viene después. Por el éxito que viene después, si no te das por vencido antes de sí quiera empezar.

Es como cuando exprimes una naranja, la cortas por todos lados, dejándola en pequeños trozos y obtienes todo el zumo. Sacas todo lo mejor de ella, toda su productividad.

Nada en esta vida es sencillo, a veces tienen que exprimirte y cortarte en miles de pedacitos y luego te obligan a levantarte y hacerte más fuerte. Pero a veces también caes en el abismo, creyendo que no eres lo suficientemente fuerte o capaz de levantarte.

Pero, si no caes en el intento, debes seguir adelante y superar la siguiente prueba, porque cada día hay una nueva.

Y eso es lo que había estado pensando Katherine mientras miraba el techo de la habitación por la madrugada. A la vez que un montón de recuerdos corrían por su mente sin control, como si no tuviera el mando de sus propios pensamientos. A pesar de que ella siempre mantenía el control de su mente, en ese momento no era así.

Recordó todas esas veces que cayó en los entrenamientos del laboratorio, bajo la severa mirada del hombre ese al que tanto le temía en esos entonces, y tal vez aún lo hacía. Pero más que miedo, lo primero que sentía al pensar en él era impotencia, rabia.

Sentía como su corazón latía con fuerza ante todos los golpes, todos los gritos, todas las veces que la encerró en ese oscuro dormitorio.

Siempre que ella caía, cada vez que cometía hasta el más mínimo fallo, él estaba ahí. Estaba ahí para recalcárselo en la cara, para hacerla sentir menos, para que se sintiera débil. Estaba ahí para golpearla como reprenda. Estaba ahí para forzarla a hacerlo mejor a pesar de cuan cansada estaba. Eso a él no le importaba, ella era solo una máquina que haría todo lo que le pidiera, pues no tenía otra alternativa.

En ese entonces ella se dejaba, creyó en todas las palabras de él, sentía que sus piernas temblaban cada vez que se hombre alzaba la voz para recriminarle todo en lo que se equivocaba.

Hasta que un día, ella dejó de sentir tristeza, dejó de sentirse cobarde. Cada vez que él gritaba, ella también lo hacía. Cada vez que la golpeaba, ella no derramaba una sola lágrima aunque sus ojos ardían, se mantenía parada, con esa horrible sensación de impotencia, con rabia. Evitaba su mirada, sí, pero solo para tragarse todas sus emociones.

Anonymous ~ The Umbrella Academy (C.H)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora