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"Para los errores no hay marcha atrás."
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(11 de septiembre de 2003) ―. 𝙾𝚖𝚗𝚒𝚜𝚌𝚒𝚎𝚗𝚝𝚎♥
—¡Somos la Academia Umbrella! —exclamó el anciano—. No podemos permitirnos llegar tarde a nuestra misión.
«¿Está hablando de "nosotros"? ¿Incluyéndose? ¡Pero si él solamente se sienta en su escritorio todo el día! Ojalá poder quedarme siempre en mi cuarto y seguir siendo parte de la academia.»
Fue lo que pensó número ocho, absteniéndose de soltar alguna de sus opiniones al mayor, pero diciendo todo con su expresión.
—Este día es muy importante, porque anunciaremos a número Ocho ante la prensa, ya que no pudimos hacerlo en su misión pasada por temas delicados de la salud de dos de nuestras integrantes —les dijo cuando finalmente estuvieron todos presentes—. No creo que sea necesario decirlo, pero, por si hay alguna duda; Número Ocho ante el público será llamada número Sieye, ¿de acuerdo?
Todos se miraron entre sí, para luego mirar a Vanya que se encontraba detrás del hombre, cabizbaja.
No era una sorpresa para nadie que él trataba de mantener oculta a la chica a toda costa, pero lo que todos se preguntaban era porque ella no tenía poderes si había nacido el mismo día que ellos y era hija de una de las cuarenta y tres madres.
Tampoco sabían porqué el señor Reginald se había quedado con ella, porque conociéndolo; él no es una persona que se pare a pensar en el prójimo, aunque haya creado una academia en contra del crimen.
«No, él no se habría tentado el corazón por Vanya, ¿pero porque decidió no darla en adopción, por segunda vez?» se preguntaba número Ocho.
Katherine fue la única en exponer su opinión sobre todo ese asunto, empezando a hablar involuntariamente.
—Yo soy número ocho, no número siete. —decretó.
—Este tema no está a...
—Creo que tengo derecho a objetar sobre esto, después de todo yo soy la que le puede estar haciendo daño a Vanya con todo esto —lo interrumpió, haciendo que el anciano abriera levemente la boca, aturdido—. No me parece justo tenerla oculta, ¿por qué lo haces?
—¿Pretendes que tu hermana asista a una misión y muera porque no tiene poderes? —cuestionó con expresión severa.
Ella hizo todo lo que pudo para no faltarle el respeto, nunca lo hacía con una persona mayor a ella a menos que fuera necesario. Sus padres la educaron muy bien aunque tuviera solo cinco años y ocho, cuando se fue su madre.
