"El calor de la noche por momentos termina quemando lo más profundo de nuestro ser, que cuando despiertas las cenizas de un alma vieja son lo único que queda" Paula.
—Te veré mañana para el desayuno —me dijo Julián Jones.
Yo asentí y entré al edificio, noté como apenas anochecía.
Había pasado dos meses en los que me entregué en cuerpo y alma a la misión, deseaba que todo saliera según lo planeado y cada paso lo hice de manera adecuada, por lo que mi amistad con Julián se volvió muy buena. Tras ese abrupto primer encuentro, él me envió chocolates y flores para disculparse por su comentario, esa fue la excusa perfecta para que nos tratáramos aún más, de poco abrí un camino en el que fui recabando mayor información acerca de él.
Esos datos los entregaba por escrito a la profesora Kate Instar, quien se volvió para mí alguien muy especial, la mejor parte de mi día era verla, pues me llenaba de calma y sus charlas me parecían de lo más agradable, si de algo me arrepentía era de no haber entablado una amistad con ella antes.
—¿A dónde fueron? —me preguntó la profesora Kate cuando entré a mi apartamento.
—Al cine —respondí con una sonrisa y se me hizo extraño verla ahí, pues ella era muy discreta, así que supuse que algo debí hacer mal.
—¿Todo bien? —inquirí.
—Sí, es solo que estaba cerca y decidí venir a visitarte —contestó y se puso de pie del sofá.
Yo asentí, y sentí ese nerviosismo que solo su presencia me generaba.
—Me preguntaba si quieres venir conmigo —propuso y desvió la mirada.
—Claro que sí, solo permite que me cambie —dije y caminé directo a la habitación.
Tras cerrar la puerta un profundo nerviosismo se comió mi paz interior, pues ningún vestido me parecía lindo, me causó conflicto porque deseaba estar perfecta para ella, que, por el contrario, de Julián podía usar lo primero que viera.
—¡Estoy lista! —exclamé cuando al fin me decidí por un vestido de color mango, corto y de escote poco pronunciado.
Kate me vio y sus ojos adquirieron cierto brillo.
—Luces preciosa —susurró y caminó hasta la puerta.
Ambas salimos del edificio, para dirigirnos a un auto de color negro.
—¿Y la moto? —indagué.
—Está noche necesitaremos chofer —anunció con una elegante sonrisa.
El vehículo tomó las calles que nos conducían directo al centro de la ciudad, sentí el viento en mi rostro y ese cómodo silencio, así que de manera discreta posé mi mirada en Kate quien miraba por la ventana, fue mágico viajar con ella. Cuando el coche se detuvo descubrí que estábamos el bar más famoso del momento, las luces de neón de su entrada le daban a la estructura un aspecto futurista que me encantó.
—Quédate cerca de mí —indicó Kate cuando entró en aquel tumulto de personas.
Vi como ella habló con el guardia de la entrada, quien pareció reconocerla de inmediato, así que nos dejó pasar sin problema alguno.
—Es hermoso —murmuré cuando entramos.
El espacio era grande con luces intermitentes y una música que me gusto, tuvimos que cruzar una puerta, subir las escaleras y salimos justo en el segundo piso directo a la zona Vip, desde donde se podía ver a las personas bailar.
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Solos
De Todo¿Para ti que tan importante es el amor de pareja? Si tener el mundo a tus pies significa que nadie pueda amarte ¿Aun así aceptarías? Conoceremos un mundo solitario y la vida de tres jóvenes que nacieron especiales, aunque eso trajo aparejado un prec...