«Amor mío, no te quiero por vos ni por mí ni por los dos juntos.»
Buenos Aires, Capital Federal, Argentina.
Entonces.
Matthew junto a Andrew estaban sentados en la camioneta, abajo del edificio de Danielle Parker. En el camino, Andrew le había recordado que el edificio de Danielle no tenía intercomunicador y la única manera de que ella supiera que estaba abajo era avisando.
Enviando un mensaje por Whatsapp, que para Matthew era una tarea tediosa.
Estaba acostumbrado que fuera Andrew quien escribiera sus mensajes, pero todas las interacciones que había tenido por texto con Danielle Parker había sido él quien había escrito.
Prefería hablar, pero entendía que ciertas personas encontraban el hábito de hablar por teléfono tedioso, e intrusivo cuando era con personas que apenas conocían. Matthew dudaba que Danielle le gustara hablar por teléfono fuera de su horario de trabajo, y mucho menos con él.
—So, do you want me to write or do you? — La pregunta impertinente de Andrew hizo que Matthew desviara su mirada penetrante de la ventana hacia él, que estaba demasiado cómodo en el asiento del conductor, con el brazo izquierdo apoyado en el borde de la ventana y su mano derecha en el volante. Andrew conocía esa mirada, por lo tanto, sonrió, mostrando todos sus dientes. — Sorry. — Fue su disculpa poco sincera.
— Le escribí cuando ibas por el auto.
Andrew alzó sus cejas, por encima de sus lentes — que se los había puesto porque no podía manejar sin ellos—, no esperando esa respuesta. Tamborileo sus dedos contra el cuero del volante, mirando entre Matthew y el edificio a través de la venta tintada.
— So what? No answer? —Vio a Matthew sacar su teléfono de su bolsillo interior y revisar.
—No le han llegado los mensajes.
Y Andrew pudo ver que poco le complacía la falta de respuesta de Danielle a Matthew. La luz del celular iluminaban su rostro y el rizo en la comisura de sus labios. Nada demasiado grave, una persona que no lo conociera pensaría que lo que se reflejaba en su rostro era indiferencia y no descontento.
Ojalá Andrew lo conociera menos, que no supiera como se veía ese rostro molesto, con esa rabia fría que amenazaba con destrozar, que no tuviera ningún conocimiento de la fuerza física de sus puños o del veneno que podía soltar con pocas palabras.
No tenía tanta suerte, lastimosamente.
Andrew conocía la capacidad de destrucción de Matthew, y en estos momentos, cuando reconoció cada tic, cada micro-expresión de ese rostro, la cicatriz de veinte centímetros de su abdomen tiraba y picaba con fuerza y le recordaba que debió haber tomado la jubilación anticipada que le habían ofrecido en la Oficina.
Pero la carne era débil, y desde la primera vez que había visto esos ojos y ese culo apretado y tenso, era como si la decisión hubiera había sido tomada por él. No tuvo nada que decir en el momento en que sintió esa atracción con el hombre. Y ahora, verlo interesado en Danielle Parker solo le trajo recuerdos amargos de Lauren, su exesposa, y como acabaron las cosas entre ellos.
Andrew quito la mirada de Matthew y vio atreves de la ventana, donde sus ojos atraparon a una Danielle Parker con su perro, Aquiles, abriendo la reja de su edificio.
Y la reconoció porque nadie más vestiría como la chica lo hacía.
Pantalones de pijama color negro y corazones blancos, y la misma campera que siempre usaba cubriendo su parte superior, no tenía gorro ni guantes. Andrew había notado que no estaba acostumbrada hacerlo, pero aunque para Matthew y él la temperatura estaba bien, para una chica que venía del caribe la temperatura actual sería un martirio.
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Casada con Él © |HDH#1|
ChickLit«Amaba a su hombre de hielo, a él y a su corazón irreparable.» Ya habían pasado dos años desde la última vez que la vio, 730 días desde que acordaron por mutuo acuerdo ir por caminos separados. Él sabía que tenía dejarla ir. Era un hecho, porque for...