«Amaba a su hombre de hielo, a él y a su corazón irreparable.»
Ya habían pasado dos años desde la última vez que la vio, 730 días desde que acordaron por mutuo acuerdo ir por caminos separados. Él sabía que tenía dejarla ir. Era un hecho, porque for...
Dany no podía negar que era Venezolana, desde su gentilicio junto a las groserías que salían de su boca sin cuidado, eran parte de su esencia, ella venía de un pequeño pueblo en la costa, justo al este de su país, estaba acostumbrada a sus dos estaciones favoritas: primavera y verano. Pero Dany, que era esa primavera y ese verano, la tendían a confundir con una gringa, que era, como española, que si, también era, pero nunca con una venezolana.
Matthew era otra historia, por un lado, era Norteamericano, y también ruso, y había tenido un antepasado alemán, si sus registros eran correctos. Matthew venía de la gran ciudad, no había un solo recuerdo en su vida que no haya estado rodeado de rascacielos y fríos inviernos, tenía demasiado carácter, cada persona que lo conocía alegaba que era culpa de su sangre alemana, otros de la rusa, y muy pocos de la norteamericana.
Pero ambos, que eran rotundamente de diferentes planetas y hablaban dialectos variables, en el momento más inesperado de sus vidas, cruzaron sus caminos y sus manos se entrelazaron, pactando un camino sin retorno.
«¿A vos no te pasa que te despertás a veces con la exacta conciencia de que en ese momento empieza una increíble equivocación?»
Rayuela deJulio Cortazar.
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