Inverno

Capítulo uno.

El frío del invierno era asfixiante.

Sus músculos dolían como el infierno al estar expuesto a la cruda nieve de una noche desolada y despiadada. No podía moverse, no podía luchar más.

Estaba tan cansado.

—¡Harley, ven aquí! —exclamó una voz a la lejanía—. ¡No corras, la nevada es muy peligrosa!

«Es cierto» pensó ante la voz desconocida, comenzando a cerrar los ojos con lentitud. La nieve alrededor de su cuerpo inmóvil, lo estaba atrapando. Adormeciendo sus sentidos y consumiendo su poca vitalidad.

Morir por hipotermia, no parecía tan malo.

—¡Papá, hay algo por aquí! —respondió la voz infantil que seguramente se llamaría Harley—. Creo que han matado a un animal.

«¿Animal?» pensó con ironía.

Quizás, si podría considerarse un animal. Una bestia que fue criada para eliminar a sus objetivos con éxito. Tan salvaje e inhumana que quisieron eliminarlo cuando se volvió una amenaza para la Organización en la que había permanecido por casi su vida entera.

Muy patético.

—Harley, maldición. —masculló un hombre acercándose—. Se suponía que iríamos por leña, ¿dónde demonios te has metido?

—Papi, mira. —señaló Harley a un gran montículo de tierra y sangre mezclada en la nieve—. Es una persona.

«¿Persona? Me gustaba más ser llamado un animal» pensó al borde de la inconsciencia.

Su vista se estaba volviendo borrosa, sin embargo pudo observar como una figura entraba a su campo de visión. Un hombre de ojos curiosos, centelleantes ante la oscuridad y con una barba recortada.

No era una mala imagen antes de morir.

—Joder... Harley corre hacia la casa y trae la caja de primeros auxilios. —dijo el hombre—. Hay que ayudarlo.

La última palabra le causó un poco de gracia.

«Es la primera vez que alguien quiere ayudarme» pensó sin creerlo con amargura.

No era alguien que merecía aquellas consideraciones y mucho menos, cuando no sabían quién en realidad era. Salvar al temible Capitán Hydra tenía graves consecuencias.

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