Capítulo siete.

2.5K 348 5
                                    

No entendía como había terminado en esa situación.

Habían estado viendo películas animadas para niños por horas sin interrupciones, Steve jamás había imaginado que aquello también podría ser considerado como una tortura. Pero, pudo agradecer al cielo cuando ambos, padre e hijo, se quedaron dormidos al tercer filme.

Sin embargo, estaban descansando en el mismo sofá que estaba e inconscientemente, se habían acomodado a cada lado del soldado. 

—Hmm... Papá. —murmuró Harley entre sueños, aferrado a su brazo izquierdo.

«¿Debería despertarlos?» se preguntó Steve viendo a su derecha como la cabeza de Tony estaba recostada en su hombro.

Siguió sin moverse.

Era una extraña sensación sentir la calidez de otras personas al lado suyo, durmiendo pacíficamente con la respiración templada sin tener miedo alguno. ¿Seguirían siendo tan confiados cuando supieran quién era en realidad?

No había relevado su identidad.

Quizás, era su manera de no querer involucrarlos en su vida y proteger esa bella ignorancia que tenían al no saber a quién habían salvado.

La mayoría de personas que sabían de su existencia, lo llamaban el Capitán Hydra con temor. ¿Su verdadero nombre? Solamente lo sabían personas importantes de la Organización. Aún así, sabiendo lo peligroso que sería contarles su identidad.

Quería hacerlo.

Quería escuchar a Harley llamarlo por su nombre y no con un "Hola, señor" cómo siempre. También, quería saber cómo se sentiría que Tony lo llame con su bonita voz. ¿Que tan bien se sentiría?

«Estoy siendo egoísta, otra vez» pensó, suspirando y moviéndose de su lugar.

¿En qué tonterías estaba pensando a esas horas de la noche? ¿Revelar su identidad a un par de civiles? Cada momento que pasaba junto a ellos, se desconocía un poco más. ¿Qué le sucedía?

Era impropio de él, dudar tanto.

Tenía que irse lo más pronto posible. Ya estaba lo suficientemente recuperado para marcharse y seguir con su lucha.

«Me hubiese gustado darte las gracias por tus cuidados» pensó Steve levantándose con cuidado y viendo el rostro relajado de Tony al dormir.

No habrían despedidas.

Buscaría su traje y se marcharía en silencio. No podía perder más el tiempo y aunque, sea ingrato irse de esa manera. Steve siempre había sido así de indiferente ante la gratitud de las personas. ¿Por qué cambiar ahora?

—Hmm... ¿señor? —preguntó Harley despertándose al sentir un vacío a su costado.

Steve no respondió y se dedicó a mirar la expresión confundida del niño mientras lo buscaba a tientas en la oscuridad.

—Duerme con nosotros. —murmuró Harley bostezando—. ¿O se fue a tomar agua, señor?

La última palabra lo seguía molestando tanto que no pudo evitar acercarse para tomar la mano del niño que seguía buscándolo.

Estaba siendo débil.

—Me llamo Steve. —le dijo con claridad—. Llámame de esa manera.

—Uh, bonito nombre. —murmuró Harley con una sonrisa floja—. Ven a dormir con nosotros, Steve. Está calentito aquí.

El mencionado sintió que su corazón se agitaba al escucharlo.

¿Podía ser un poco egoísta? Siendo jalado por el menor y acomodándose a su lado. En sus planes nunca habían estado dos figuras que aparecieran en su vida para tratarlo con un cariño que nunca había experimentado. Aún, sabiendo las consecuencias que tendrían al estar con ellos, quería seguir viéndolos.

InvernoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora