Capítulo 32

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Luego de llegar de cenar con su novio, se dirigió a la casa para descansar. Había sido un día agotador y necesitaba hacerlo. Así que en cuánto llegó, bajó de su vehículo y entró al lugar. Cerró la puerta y empezó a buscar en su cartera su celular mientras subía las escaleras, pero se paró en medio de ésta y se giró para devolverse. Se había olvidado por completo de algo, así que se encaminó al despacho y se dispuso a buscar.

Dejó su bolso en de las sillas que estaban frente al escritorio y después se dirigió a los cajones. Allí entré en medio de tantos folders, papeles y facturas, se encontró con algo que jamás se imaginaba.

Eran dos fotografías, en una de ellas se visualizaba a una fina mujer junto a un señor y en la otra, a un galeno de bigotes y chivera, junto a una mujer de cabellos azabache, obscuros como la noche y con unos ojos verdes.

Ambas fotos reflejaban que habían sido tomadas hacia mucho tiempo, los cuatro integrantes se veían más jóvenes que de costumbre. La muchacha desconcertada guardó todo ordenadamente y con aquella duda, salió del despacho con esas fotografías en sus manos, para después dirigirse a su habitación.

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La mujer se encontraba sin habla, no podía articular ninguna palabra frente a él y mucho menos, desmentir lo que con certeza era notorio. Así que tomó aire y trató de calmarse para después responder a lo que él le había preguntado.

Victoriano yo... Sí, si estoy embarazada. - afirmó sin titubear. Aquella situación no le agradaba, pero sabía que ese momento tarde o temprano tenía que llegar.

Dios mío, morenita, ¿de cuánto meses estás? Yo... yo jamás pensé que te vería en este estado, mujer. - dijo con sentimientos encontrados. Aún no salía del asombro que le ocasionó aquella noticia.

Créeme que yo tampoco pensé verme así nuevamente, pero ya ves... la vida da muchas vueltas. - contestó nerviosa.

¿Por qué no me dijiste? - indagó ahora acercándose más a ella.

¿Para qué?

— Porque tengo derecho a saberlo, ¿No? ¿Cuántos meses tienes? ¿Qué haces con este tipo?

— Ahí te equivocas; tú no tienes derecho a nada y sobre qué hago con Arturo, eso no es de tu incumbencia. - respondió despectivamente.

Ines, por favor. - pronunció mirándole. — Hablemos... Además, ¿Ese bebé de quién es?

— Por favor nada, Victoriano. - pidió cansada. — Y sí, vamos a hablar pero no aquí y tampoco ahora. Sé que te debo una explicación, pero no es el momento para hablar de eso. - le recordó y obvió su pregunta.

Ines, por favor, no me puedes dejar así, necesitamos hablar, necesito hablar contigo.

— Por favor tú, entiende que yo te buscaré luego, pero no ahora. - notificó con firmeza y Arturo ofuscado por su insistencia caminó hasta ellos.

— ¿Acaso no escuchaste que dijo que no? - vociferó el hombre con seriedad y Victoriano le miró molesto.

Tú no te metas, porque no estoy hablando contigo. - recalcó con enfado y luego volvió su vista hacia la morena. Ella le suplicó con la mirada y él accedió soltando un suspiro. — Está bien, Inés. Luego hablaremos tú y yo. - dijo sin dejar de verla el vientre abultado.

Gracias por entender. En estos días me pondré en contacto contigo, ¿si? Ahora por favor, vete.

— Está bien, compermiso. - aceptó soltando un suspiro y salió de ahí, realmente se sentía abatido y algo confundido.

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⏰ Última actualización: Feb 21, 2023 ⏰

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