Capítulo 9

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¡HOLA CRAYOLAS!
ACÁ LES DEJO EL SIGUIENTE CAP.

Al escuchar la voz de dónde provenía, los dos miraron y al ver de quién se trataba, Inés intentó alejarse, pero Victoriano la detuvo.

— Pregunté que ¿qué carajos está pasando aquí? - furiosa.

— ¿Qué no ves, mujer? - dice firme y serio.

— Últimamente te la pasas abrazado a ella, Victoriano, y para el colmo, encerrado en el despacho también. - enfurecida.

— Mira, Déborah, no estoy para tus escenitas de celos, ahora no. - enfadándose.

Inés no decía nada, sólo presenciaba la escena.

— Yo mejor me retiro -dijo ella poco audible y separándose completamente de él. — Con permiso.

— Tú no vas a ningún lado. - Déborah la tomó del brazo.

— Mire señora, será mejor que me suelte -jaló su brazo y logró zafarse. — Ahora mismo no estoy para sus estupideces. -fulminandola con la mirada. — Así que adiós. - dió media vuelta con la intención de irse pero Deborah la volvió a retener.

— A mí no faltas al respeto criada de quinta - levantó una mano para cachetearla.

— Ni se te ocurra, Déborah - dijo Victoriano verdaderamente enfuresido, sosteniéndole la mano en el aire.

En ese momento llegó Diana.

— A ver ¿Déborah qué te pasa, cómo se te ocurre tan sólo el hecho de levantarle la mano a mi nana, he? - verdaderamente molesta.

— Mira Diana, no te metas, el problema no es contigo, sino con esta. - fulminando a Inés con la mirada.

— No, no, si me meto, en primera porque Inés es como mi madre y en segunda porque no voy a permitir que le faltes al respeto. - alzando de lo más debido su voz.

Ella no soportaba un minuto más estar ahí.

— Adiós -agregó y salió corriendo a su habitación hecha un mar de lágrimas y preocupadisima por su hijo.

— Nana, nana, espera por favor. -grita Diana saliendo tras ella.

"CANTINA"

Emiliano estaba completamente borracho, mientras que pedía que le trajeran un botella de tequila, alguien se acercó a su mesa y se sentó sin autorización alguna.

— ¿Usted quién es? ¿qué diablos quiere? - preguntó Emi.

— Soy Loreto Guzmán, tu padre, Emiliano. - dijo, mientras se tomaba de un golpe un vaso con tequila.

Mientras que en la hacienda, Inés cada vez estaba más preocupada por su hijo, iban a dar casi las 11:00 de la noche y no sabía nada de él, lo llamaba y no le atendía el celular. Diana estaba en acompañándola en su habitación.

— Ya no puedo más - dijo dando vueltas de un lado para otro y varias lágrimas rodaban por sus mejillas.

— Nana, tranquila ¿sí? ya verás que Emi va a entrar por esa puerta - decía Diana abrazándola.

Mi primer y unico amor.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora